VENEZUELA: En la pobreza más de 80 por ciento de la población

Teodoro en Venezuela no es sólo Petkoff, el socialista ministro de Planificación que explica la necesidad del ajuste neoliberal. También se llama así, por ejemplo, un vendedor de "pichache" en el patio trasero del principal mercado de alimentos de esta capital.

El pichache es la verdura y fruta que no se vende, porque se magulló o maduró excesivamente durante el viaje, y los camioneros entonces la dejan tras el mercado mayorista de Coche antes de emprender el regreso a los centros de cosecha.

Cada madrugada, docenas de personas, cientos a veces, corren tras los porteadores que, provistos de carretillas, dejan en los traspatios del mercado grandes cantidades de vegetales deteriorados, aunque tratando de vender los que no están tan mal.

Entran en acción Teodoro y otros revendedores, que compran lo que mejor pueden y lo venden, unos metros más allá, o lejos, a las puertas de otros expendios de comestibles o de las barriadas donde residen, a quienes carecen de dinero para adquirir calidad.

Queda un verdadero pichache que iría a la basura, pero es recogido por gente como Isaura, una mujer joven que dice tener cuatro hijos.

"Vengo porque todo está muy caro. Solamente compro lo que no consigo aquí", afirmó.

La recolecta de pichache es considerada indicador de la pobreza en auge en Venezuela, que alcanza 81,8 por ciento de la población, según un estudio de la firma privada Datanálisis.

Ese porcentaje indica que 4,5 millones de hogares, en este país de 22 millones de habitantes y 18.000 millones de dólares anuales en ingresos por exportaciones, no cubren sus gastos mínimos de subsistencia, según Datanálisis.

Conforme al estudio, un ciudadano de la clase C (media) puede almorzar con un bistec de carne vacuna de 100 gramos y agregar otras tres porciones de alimentos varios, el de D (baja) comer atún y pasta, pero el de clase E (marginal) sólo frijoles, arroz y plátano.

"En Venezuela cae el salario real desde 1977 y en los últimos años no revertimos la tendencia de la pobreza a crecer, pero al menos contuvimos su crecimiento", dijo a IPS Mercedes Pulido, hasta abril y durante dos años ministra de la Familia.

Sin embargo, Pulido se pregunta "hasta qué punto será posible contener ese deterioro, tal como está la situación y sin mantener inversiones en servicios públicos y creación de empleo".

El desempleo abierto en Venezuela se ubica entre 12 (oficial) y 19 por ciento (sindicatos), en tanto 52 por ciento de quienes trabajan lo hacen en el sector informal de la economía, que crece a medida que desde 1993 retrocede el formal por la recesión de la que sólo escapa el sector petrolero.

Ese clima, dominado por una inflación de 70 por ciento en 1994, de 57 por ciento en 1995 y 34 por ciento en apenas cuatro meses de 1996, forzó un cambio en el rumbo económico populista del presidente Rafael Caldera.

Caldera ordenó un drástico programa neoliberal de ajustes, el segundo en siete años para sus compatriotas, y encargó la difusión de sus bondades para ajustar las cuentas públicas y abatir la inflación a su aliado socialista Teodoro Petkoff.

Investido como ministro de Planificación, Petkoff explica que los ajustes son una dolorosa cirugía, con subida de precios en el período abril-julio, tras lo cual "cesará esta locura de alzas brutales de precios todos los días".

Los combustibles para vehículos -un negocio moopolio del Estado- sextuplicaron sus precios, las tasas de interés ganaron 20 puntos hasta cerca de 65 por ciento y el dólar se encareció súbitamente en 40 por ciento.

Pero para la población ajena al crédito bancario, el uso de divisas y el automóvil particular, la inmensa mayoría del país, el flanco más doloroso es el encarecimiento de los alimentos.

Este lunes, el gobierno oficializó el cese del control de precios sobre los siete alimentos a los que se había reducido la canasta alimentaria, que exhibía casi 30 hace ua década: leche, pan, huevos, pollo, harina de maíz, sardinas y aceite.

Debido a las alzas ya convenidas en diciembre y abril, los gremios de empresarios estimaron que sólo subirán entre 20 y 30 por ciento en pocas semanas. Otros alimentos subieron entre 30 y 100 por ciento en los primeros meses de 1996.

Antes de abril, la central sindical mayoritaria estimaba en 130 dólares (al cambio actual) el costo de la canasta alimentaria básica, el doble del ingreso mínimo de los trabajadores urbanos.

En abril esa cesta pasó de 150 dólares, según el sindicalista socialcristiano Carlos Navarro, y no hay estimados para mayo, cuando el ingreso mínimo legal subió a 109 dólares por mes.

Pulido recordó que el gobierno llega con un auxilio alimentario a las familias de tres millones de escolares pobres y sugrafa los costos de alimentos de otros 350.000 hogares.

El centro Gumilla, de sacerdotes jesuítas, señaló como falencia de esos programas compensatorios, "heredados" del ajuste de 1989, que 450.000 familias marginales -pueden ser dos millones de personas- están fuera del sistema escolar.

Las largas colas de personas que un sábado al mes aguardan horas para canjear sus cupones de esa "beca alimentaria" también pueden ilustrar el avance de la pobreza en Venezuela.

La misma era en 1994 de 73 por ciento, según un estudio de la Universidad Central de Venezuela, con 40 por ciento de pobreza crítica, en tanto para la oficina gubernamental de estadísticas era de 49 por ciento la total y de 22 por ciento la extrema.

Pero el sector oficial ya no discute las encuestas privadas, las acepta como indicadores.

"No se trata de seguir diciendo lo mal que estamos, sino ofrecer salidas", subrayó Pulido.

"La única manera es generar riqueza, con inversión, producción y empleo, y enfrentar el otro gran problema que tenemos, que es la mala distribución de la riqueza", concluyó. (FIN/IPS/hm/ag/pr/96)

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe