El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que un acuerdo con el gobierno militar sudanés de Omar El Bashir, tanto sobre un programa supervisado o plazos para amortizar 1.700 millones de dólares en pagos atrasados a la institucion, sigue siendo incierto.
El ministro sudanés de Finanzas, Ahmed Wahhad Osman, declaró que ambas partes habían logrado un acuerdo sobre plazos para pagar los atrasos. Sin embargo, un funcionario del FMI dijo a IPS que un arreglo en cualquier sentido estaba lejos de concretarse.
"Es inconcebible que una deuda atrasada por esa cantidad pueda ser regularizada de esa manera", añadió el funcionario.
Explicó que la fecha más cercana en que el FMI podría llegar a una decisión es el 8 de agosto cuando su comisión ejecutiva delibere sobre el informe de una misión que regresó la semana pasada desde Jartum.
La comisión revisará "los últimos hechos y las relaciones generales (del FMI) con Sudán" durante la reunión, dijo.
No obstante, el funcionario se mostró poco optimista que pueda lograrse un acuerdo. En su opinión va a ser difícil convencer a la comisión que el gobierno de El Bashir mantendrá sus promesas políticas o respetará los plazos para pagar las cuotas atrasadas.
"Las experiencias pasadas han demostrado que no podemos confiar", apuntó.
Bajo un acuerdo vigente sobre las cuotas atrasadas, Jartum, supuestamente, debe pagar al FMI cuatro millones de dólares mensuales. "No ha mantenido esos pagos durante los últimos cuatro meses", indicó el funcionario.
Admitió que, en todo caso, la reciente agudización del aislamiento internacional de Sudán podría afectar el punto de vista de la comisión sobre el caso.
"Los países están en mejor situación cuando tienen amigos", acotó. "Las complicaciones políticas tienen impacto económico".
Dejando de lado la política, "las relaciones con Sudán son muy complicadas. No se trata solo de los pagos atrasados. Sabemos que no cuentan con ese dinero. Lo que pretendemos es que presenten un paquete creíble de propuestas que se puedan enlazar al potencial del país", expresó.
Con eso, el FMI colocaría al país en lo que llama programa de acumulación de derechos. Según ese arreglo, un país moroso adopta políticas que el FMI cree necesarias para restaurar su viabilidad externa. A cambio, el Fondo alienta acreedores bilaterales para que provean préstamos con los cuales amortizar los pagos atrasados.
Según el FMI, ocho de los 11 países para los cuales fué creado el programa han reembolsado sus atrasos. Esto incluye al caso más reciente, Zambia, así como Sierra Leona y Perú.
Sudán figura entre los países que todavía debe pagar sus cuotras atrasadas.
"La comisión ejecutiva ha venido otorgando una ampliación de plazos tras otra en los últimos dos años para que pueda mejorar su situación financiera", dijo la fuente del FMI.
El funcionario describió a Sudán como "un caso desdichado", y dijo que varios funcionarios sudaneses habían formulado una promesa despues de la otra a la comisión que, finalmente, no se cumplieron.
Esas promesas formaron la base de un programa de supervisión que generealmente precede a un completo plan de monitoreo por parte del FMI. Sin embargo, dados los antecedentes de Jartum, de no cumplir las políticas acordadas, el programa naufragó en 1995. (FIN/IPS/tra-en/ru/yjc/ego/if).
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