Los militares de Sri Lanka admitieron que todavía deben recorrer un arduo camino antes de lograr la conquista total de la península de Jaffna, donde los rebeldes Tigres Tamil mantuvieron un gobierno paralelo durante años.
Sin embargo, el jefe del ejército, general Rohan Daluwatta, declaró que "no estamos obligados a capturar toda el área. Hemos tomado las zonas estratégicas necesarias para controlar la península, la cual ha quedado aislada del resto de la isla".
El 19 de abril, alrededor de 20.000 soldados fueron movilizados para tomar toda la península en una operación cuyo nombre código fue "Riviresa Dos". Los militares se apoderaron la semana pasada del estratégico puerto rebelde de Kilali, luego que en diciembre conquistaron la ciudad de Jaffna tras 50 días de lucha.
"Nuestro objetivo inmediato es reducir a los LTTE (Tigres de Liberacion para Tamil Eelam) de una fuerza convencional a otra de guerrilla, para que la guerra pase a ser una fase menor de insurgencia. La captura de la península ha sido el aspecto clave del plan", dijo.
Daluwatta asumió el mando del ejército srilankés de 100.000 hombres el miércoles pasado. El militar, citando fuentes de inteligencia, dijo que la fuerza rebelde había quedado reducida a 8.000 combatientes.
El LTTE está librando una guerra de secesión con Colombo desde 1983 y es una de las guerrillas mejor entrenadas del mundo. No obstante, las tropas gubernamentales pudieron apoderarse del puerto de Kilali, el principal objetivo militar de la península, sin mucha resistencia por parte de los Tigres Tamil.
"El LTTE fué tomado por sorpresa. Enfrentamos alguna resistencia el primer día y muy escasa el segundo. Aparte de eso, no tuvimos problemas", aseveró el viceministro de Defensa, Anurudha Ratwatta, quien tambien es un general del ejército.
Fué desde Kilali que los Tigres y la poblacion civil habían estado cruzando la laguna de Jaffna hasta la tierra firme, despues que los militares cortaron el arrecife de Pooneryn en 1992. Con la caída de Kilali, la única vía de escape es ahora por mar desde Vadamarachi.
"No pueden seguir luchando. Eliminamos a la mayoría de sus guerrilleros más veteranos en Riviresa Uno, y ahora están escasos de hombres y armas", afirmó Dulwatta.
Los rebeldes parecen haber optado por una retirada táctica. La mayor parte de su material militar fué evacuado antes que cayera Kilali, si bien la perdida del puerto constituyó un fuerte revés para los separatistas.
Los Tigres, que se adjudican la representación de la minoría Tamil en Sri Lanka, están luchando por una patria en el norte y el este de la isla que denominan "Eelam".
El gobierno proclamó como otra gran victoria política el retorno el mes pasado de decenas de miles de civiles que habían sido obligados a huir del área de Valikamam por los rebeldes, durante la ofensiva Riviresa Uno del año pasado.
Ratwatta declaró en Colombo que los civiles están ignorando las advertencias de los Tigres que deben permanecer en las áreas de la isla que aún están bajo su control. "Calculamos que 250.000 personas que escaparon de Valikamam están regresando. Una cantidad similar tambien ha ido hacia Kilinochchi, en la parte septentrional de la isla", dijo.
La operación actual está dividida en tres partes: dos columnas han avanzado hacia Chavakachcheri, en el sur, y otra columna se movilizó hacia el norte, desde el acantonamiento de Paso Elefante, que es el cuello de botella de la carretera entre Jaffna y Colombo.
La cuarta columna se desplegó hacia el sudeste de la desparramada base aerea de Palali, en Vadamarachi, con el proposito de capturar bases marítimas de los Tigres en los baluartes rebeldes de Valvatithurai y Punta Pedro.
"Mas que una derrota militar, la caída de la península es antes que nada un grave revés psicológico y político", observó un analista en Colombo.
"Esto se vé confirmado por los repetidos llamados a la negociación de los LTTE, si bien con la condición de que el ejército (gubernamental) se retire de Jaffna. Sin la península, los LTTE no pueden hacer un reclamo creíble por un estado separado", dijo el experto.
Los Tigres Tamil tomaron el control de la península y la mayor parte de la provincia septentrional luego que una fuerza india de paz se retiró de la isla en marzo de 1990. El gobierno del entonces presidente Ranasinghe Premadasa, que estaba realizando conversaciones con los Tamil, les dió el control del norte y el este sin disparar un tiro.
Tres meses despues, los rebeldes abandonaron las negociaciones de paz y reiniciaron la "Guerra Eelam 2". El ejército debió luchar por cada metro del territorio hasta ahora capturado. Hasta el año pasado, se concentró en recuperar el control en el este, lo cual permitió a los Tigres de consolidarse en el norte con la península de Jaffna completamente bajo su control.
Los Tigres instalaron un gobierno paralelo en la península. Una fuerza policial se hizo cargo de la delincuencia común, mientras jueces designados por los Tigres integraron el poder judicial. Un difuso y eficaz sistema de impuestos fué introducido, lo que significó millones de rupias mensuales para los rebeldes que, de ese modo, pudieron financiar su vasta maquinaria bélica.
Los extranjeros solo podían ingresar en las áreas controladas por los Tigres si tenían visas emitidas por los LTTE. (FIN/IPS/tra- en/wk/an/ego/ip).
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