El presidente de Sierra Leona, Tejan Kabba – elegido en marzo por una coalición que prometió terminar con la corrupción oficial-, debería introducir hondas reformas en un país donde el chanchullo se ha convertido en una forma de vida, según su secretario de Finanzas, Smura Kamara.
El Kamara dijo este martes que las prácticas deshonestas en el Estado llegan al extremo de que el tesoro público desembolsa cada mes 4.000 millones de leones (4,4 millones de dólares) en salarios de los funcionarios, cuando la cuenta salarial no debería superar la mitad de esa cantidad.
El fenómeno es herencia, en parte, del régimen militar, ya que "por más de 10 años no han existido las cuentas nacionales. El gobierno no presenta balances", recordó Kamara en una entrevista exclusiva a un diario de Freetown..
Por lo tanto, como el secretario advirtió, la corrupción no se limita al Banco de Sierra Leona, el banco central de este país, ahora envuelto en un escándalo de billetes falsos.
Un desprevenido comerciante analfabeto fue la víctima inocente, y a la vez involuntario denunciante, de una gigantesca falsificación de billetes de 500 y 5.000 leones que tiene en vilo a la población de este empobrecido país de Africa occidental y al propio Banco de Sierra Leona.
Todo lo que la policía ha podido decir es que los billetes falsos fueron impresos en "países vecinos" y que circulan especialmente en las zonas diamantíferas de Bo, Kono y Kenema, en el sudeste de Sierra Leona.
El escándalo, no obstante, vuelve a golpear sobre un banco central que ya fue alcanzado anteriormente por acusaciones de corrupción e incompetencia.
Los periódicos informaron recientemente que el Banco de Sierra Leona concedió un contrato por 2,6 millones de dólares a un comerciante libanés de Freetown para acuñar monedas, pese a que es la firma británica Thomas de la Rue la que imprime el signo monetario del país.
El Banco negó enfáticamente esas acusaciones, declarando que el contrato fue correctamente otorgado, a través de Thomas de la Rue, a una firma acuñadora que tiene sede en Holanda.
"Se trata de propaganda intencionada, que presiona para que el nuevo gobierno despida al gobernador del Banco, Steve Swarray", dijo a IPS una alta fuente del Banco de Sierra Leona.
Muchas personas, sin embargo, prefieren creer en las acusaciones contra Swarray, desde que un informe auditor realizado por la firma Peat Marwick afirmó no haber podido hallar pistas de cómo el gobernador había gastado la suma de 222.000 dólares. (FIN/IPS/tra-en/lg/oa/arl/ip/96)