La carrera política de Joaquín Balaguer -el anciano líder de República Dominicana que ha dominado la escena durante décadas- terminó de la peor manera y con el encono del propio Presidente, que al abortar su séptimo mandato descalificó las elecciones que le alejan del poder.
Mientras la población -7,5 millones- aguardaba las cifras finales de la elección presidencial celebrada el jueves en esta nación caribeña, el presidente saliente, de 89 años y ciego, adoptó su actitud más airada contra la expresión de la voluntad popular libremente ejercida.
Balaguer continuará en ejercicio del cargo de Presidente hasta agosto, cuando sea instalado su sucesor, quien surgirá de la votación de segunda vuelta que será efectuada el 30 de junio entre el socialdemócrata José Francisco Peña Gómez y su inmediato seguidor en la votación de este jueves, Leonel Fernández.
Los observadores internacionales reconocieron que la votación de este jueves fue limpia en general, con excepción de algunos problemas logísticos y administrativos en algunos lugares del país. Todos los candidatos acordaron respetar los resultados.
Durante la jornada electoral Balaguer no concurrió a votar, permaneciendo en el palacio presidencial en consulta con los jefes de las Fuerzas Armadas que él mismo había colocado en sus puestos a principios de esta semana como último recurso para mantener su influencia.
Su gesto de no votar fue interpretado como una muestra de su disgusto con Jacinto Peynado, candidato presentado por la fuerza política que el propio Balaguer fundó -el Partido Reformista- y actual Vicepresidente, quien de hecho recibió muy escaso apoyo del Presidente.
Falto del apoyo de Balaguer y como era previsible, Peynado debió conformarse con un distante tercer lugar, según los primeros resultados conocidos este viernes.
La actitud de Balaguer hacia el candidato del Partido Reformista es hija del sentimiento personal de que ninguna otra persona es capaz de dirigir a los reformistas, según explicó este viernes un dirigente del partido.
En los últimos días de la campaña, Balaguer pronunció algunos discursos en reuniones políticas a las que no asistió Peynado. Nunca se refirió al candidato por su nombre y exhortó a sus simpatizantes a "votar con prudencia".
Esta fue la primera vez, en 30 años, sin la presencia de Balaguer entre los candidatos a la Presidencia. El viejo líder cumplió seis mandatos presidenciales, pero el séptimo, que ahora acaba, fue interrumpido por un proceso de fraude electoral.
El Presidente se vio forzado a admitir las acusaciones que levantaron los partidos opositores y los observadores internacionales, quienes probaron el amplio fraude realizado con ocasión de su ajustada y polémica victoria en la elección presidencial de 1994.
La elección realizada este jueves fue consecuencia de un pacto político que incluyó el retiro forzoso de Balaguer, y tuvo lugar sólo dos años después de la última y controvertida votación.
"Balaguer hubiera preferido irse bajo sus propios términos. En cambio ha debido dejar la Presidencia porque su mandato fue reducido a la mitad, lo que él considera una injusta recompensa a los servicios que le ha prestado al país", fue el comentario más común entre los observadores.
En los círculos políticos se acepta que Balaguer apoyó reservadamente a Fernández, a quien habría confiado su voto si hubiera ido a votar, tal como comentó un funcionario de palacio presidencial este viernes.
En esta misma jornada, Fernández indicó que no correría detrás del apoyo de los reformistas en la segunda vuelta, aunque uno de sus propios asesores reconoció que ésa es la única forma de que el candidato del Partido de la Liberación Dominicana pueda ocupar el lugar de Balaguer en el próximo período.
Según dirigentes del Partido Reformista, Balaguer pedirá a sus simpatizantes que voten por Fernández en la segunda vuelta. (FIN/IPS/tra-en/ip/cj/cb/arl/ip/96)