Las centrales de trabajadores de Paraguay amenazaron hoy con dejar sin energía eléctrica a esta capital, el Gran Asunción y las capitales departamentales, ante la detención de los dos principales dirigentes sindicales en una primera jornada de huelga de 48 horas marcada por la violencia.
Alan Flores y Eduardo Ojeda, líderes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y de la Central Nacional de Trabajadores respectivamente, fueron detenidos en Asunción por la policía antimotines, en uno de los numerosos incidentes entre huelguistas y fuerzas de seguridad.
Las centrales sindicales paraguayas iniciaron este jueves una huelga general de 48 horas en protesta contra la política salarial del gobierno y las privatizaciones de empresas del Estado.
Los gremios que controlan las operaciones de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y la central binacional de Itaipú amenazaron con dejar sin energía a la mayor parte del país si Flores, Ojeda y una veintena de dirigentes sindicales también detenidos no eran liberados antes del mediodía de este jueves.
Los jueces de turno en la magistratura se dirigieron a la Guardia de Seguridad, una prisión policial en las afueras de Asunción, para estudiar la situación legal de los sindicalistas detenidos y pidieron a las centrales una prórroga del plazo hasta las 17.00 hora local (21.00 GMT), para hacerla efectiva.
El presidente de la CUT, que cuenta con 70 por ciento de los 125.000 trabajadores sindicalizados de Paraguay, advirtió en entrevista con IPS, en vísperas de la huelga general, que podrían producirse incidentes si el gobierno llevaba a cabo su anunciada intención de asegurar el servicio de transporte público.
Pero Flores manifestó dudas sobre la actual capacidad del presidente Juan Carlos Wasmosy para reprimir a los trabajadores, "cuando no es capaz ni siquiera de arrestar a Lino Oviedo", el ex jefe del ejército que se sublevó la semana pasada y tuvo al borde del colapso a la débil democracia paraguaya.
El líder sindical reconoció que la huelga general tiene un fuerte contenido político, en tanto calificó de secundario el conflicto con los empresarios.
La CUT y la CNT lanzaron este 1 de mayo una campaña por la renuncia del mandatario paraguayo, a quien responsabilizan de la corrupción existente en el país, por la supuesta incapacidad manifestada durante la crisis institucional vivida la semana pasada con la sublevación de Oviedo.
"Con Wasmosy en el gobierno no existen garantías para un proceso limpio de privatizaciones por el alto grado de corrupción de este empresario-presidente que está permanentemente autocontratándose", dijo Flores.
En la mañana de este jueves se produjo una concentración de los huelguistas frente a la plaza del Congreso, en el centro de Asunción, y los diputados suspendieron su sesión ordinaria para considerar la gravedad de la situación planteada tras la detención de los líderes sindicales.
La policía respondió con inusitada violencia a las manifestaciones, dejando como saldo al menos un centenar de heridos entre los trabajadores, en lo que se percibió como un cambio de estrategia del gobierno de Wasmosy hacia las centrales sindicales que convocaron a la movilización.
Flores manifestó que la represión era "una muestra de la incoherencia del gobierno".
En los incidentes también fueron golpeados periodistas, ante lo que se produjo una inmediata protesta del Sindicato de la Prensa de Asunción.
Sectores de la Iglesia Católica paraguaya reaccionaron este jueves contra la represión ordenada por el gobierno de Wasmosy.
Carlos Lugo, obispo de San Pedro, unos 300 kilómetros al norte de Asunción, se declaró preso solidario con los sindicalistas detenidos. (FIN/IPS/ct/ag/ip-lb/96)