El descontento de la población de Panamá por la corrupción, uno de los secretos mejor guardados durante los últimos años, crece a la par de las denuncias que difunden los medios de comunicación.
Una encuesta dada a conocer por la no gubernamental Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, reveló que un 70,1 por ciento de la población aseguró no estar dispuesta a tolerar más corrupción entre los funcionarios públicos.
Mientras que un 75,3 por ciento afirmó que la corrupción se puede combatir con acciones conjuntas entre las autoridades y la comunidad, un 54,5 por ciento de los encuestados puntualizó que también existe corrupción en la empresa privada del país.
El presidente de la junta directiva de la Fundación, Roberto Eisenmann, afirmó que los resultados de la encuesta, llevada a cabo por la compañía Dichter y Neira, "son muy positivos" para la lucha contra la corrupción, tanto en el gobierno como en el sector privado panameño.
Con respecto a la corrupción entre los hombres de negocios, Einsemann precisó que "no es posible la corrupción entre los funcionarios públicos si no hay un corrupto del sector privado que los corrompa".
A pesar de la elevada proporción de panameños convencidos de que existe corrupción en el gobierno y en la empresa privada, Einsemann calificó como "un hecho positivo" que la mayoría de las personas consultadas hayan manifestado su disposición de combatir ese flagelo.
Los resultados de la encuesta se producen en momentos que el influyente diario "La Prensa" comenzó a publicar una serie de denuncias sobre una extendida red de corrupción en la Dirección de Aduanas de Panamá.
Por esa entidad, dependiente del Ministerio de Hacienda y Tesoro, pasan los alrededor de 350.000 viajeros y turistas que ingresan cada año al país, así como los trámites de introducción de los alrededor de 2.200 millones de dolares de mercancías que importa anualmente Panamá.
Pese a que la denuncia está fundamentada en investigaciones propias e incluso el testimonio del viceministro de Hacienda y Tesoro Miguel Heras, quien admitió que "hay manzanas podridas que siguen haciendo corrupción en aduanas", la publicación no fue del agrado del presidente Ernesto Pérez Balladares.
Pérez Balladares calificó la denuncia, cuya primera parte fue publicada el pasado lunes, como "una novela de capítulos" sobre la cual pidió a sus subalternos "observar realmente la veracidad de lo que se publica".
Sin embargo, advirtió que si se descubre corrupción entre algun funcionario "será despedido inmediatamente y perseguido de acuerdo con la ley".
"La Prensa" y otros medios de comunicación de Panamá han denunciado en los últimos tiempos varios casos de corrupción en diversas entidades estatales, pero las mismas no han sido aparentemente tomadas en cuenta por las autoridades.
Las recientes denuncias aparentan haber tomado el mismo camino que las formuladas en 1993, durante la administración del ex presidente Guillermo Endara, sobre casos de peculado, tráfico de armas y sobornos de funcionarios por parte de empresas extranjeras participantes en licitaciones públicas.
El más significativo de ellos ocurrió a mediados de 1993 cuando el diario local "La Estrella de Panamá" denunció que varios funcionarios del consulado de Barcelona, España, estaban involucrados en el tráfico de armas para Bosnia-Herzegovina en momentos que pesaba un embargo de las Naciones Unidas.
Pese a que una comisión investigadora comprobo el ilícito e identificó a las personas que lo habían perpetrado, ninguno de los funcionarios involucrados fue acusado y sometido a la justicia.
Un segundo aspecto relevante que emanó de la encuesta de Dichter y Neira, la cual fue realizada a través de entrevistas personales "cara a cara", fue que un 74,1 por ciento de los consultados se mostró dispuesto a resolver los problemas de su comunidad sin ayuda oficial.
Los principales problemas que padece la comunidad estan referidos a los servicios públicos, la pobreza -que afecta a más de un 50 por ciento de los 2.5 millones de panameños- y el desempleo abierto que abarca a casi un 14 por ciento de la población economicamente activa.
Einsenmann acotó que a pesar de la falta de organización existente en la comunidad para solventar sus problemas, "es muy positivo el cambio de mentalidad que se está operando en el país con respecto a la participación ciudadana".
"Eso demuestra que la gente no está esperando que los problemas de la comunidad los resuelva el gobierno o un lider utópico, sino ellos mismos", subrayó Eisenmann. (FIN/IPS/sh/dm/ip- if/96)