Unos 1.300 estudiantes de Gaza asisten a las cinco universidades de Cisjordania, pero los libros no son su mayor dificultad, sino los arrestos, las deportaciones y la negativa de permisos de tránsito.
En los pasados diez semestres, la mayoría perdió total o parcialmente sus cursos porque se les canceló o revocó sus permisos después de iniciados las clases y muchos eligen ser, técnicamente, estudiantes "clandestinos", según funcionarios universitarios.
Sentado fuera de la cafetería estudiantil de la Universidad de Birzeit, la más prestigiosa de Cisjordania, Rafat Radwan explicó con una sonrisa nerviosa cómo dos golpes de "suerte" le permitirán graduarse este año.
En primer lugar, en la fiesta musulmana de Eid Al-Fitr, hace dos meses, cuando otros estudiantes de Gaza se dirigieron a sus casas a visitar a sus familias, él tuvo una corazonada y se quedó. El gobierno de Israel impidió luego el regreso de los alumnos.
Unas pocas semanas después, Radwan estaba durmiendo en la vecina Ramallah cuando soldados israelíes descendieron de helicópteros en las viviendas estudiantiles de Birzeit, para capturar estudiantes de Gaza que desafiaron la orden militar de regresar inmediatamente a sus hogares.
"Creo que tengo buena suerte", dijo este estudiante de historia y geografía de 26 años. Sin embargo, aún teme que lo arresten. Como carece de permisos adecuados desde las redadas de marzo, Radwan es, técnicamente, un estudiante "ilegal" en Cisjordania.
"No visito mi hogar desde hace dos años. Vivo en Ramallah porque es más seguro. Nos despertamos y escuchamos a los soldados israelíes, los helicópteros, los 'jeeps'…", explicó. Mientras tanto, se acercaba un amigo suyo, un estudiante en su misma situación.
"Una vez, corrimos y nos refugiamos en una construcción durante siete horas, mientras los soldados arrestaban a todo el mundo", recordó. Radwan y su amigo son de los pocos estudiantes procedentes de Gaza en Birzeit que pudieron continuar sus cursos.
La mayoría no tuvo tanta suerte. Doscientos que visitaron a sus familias luego de Ramadan se vieron atrapados, pues Israel clausuró las salidas de la zona de autogobierno palestino después de los atentados terroristas de febrero.
Soldados israelíes arrestaron a 600 estudiantes en total, que, maniatados y encapuchados, fueron enviados a Gaza.
Esta situación causa preocupación en el parlamento palestino. Por lo menos dos legisladores han "contrabandeado" en sus autos estudiantes de Gaza a los centros de enseñanza de Cisjordania, se informó.
La semana pasada, Israel revocó la documentación que permite el libre tránsito entre Gaza y Cisjordania de los parlamentarios Intisar al-Wazir y Abdul Rahman Hamad porque fueron sorprendidos transportando estudiantes.
"No creo que hayan hecho nada equivocado. No somos peligrosos. Solo queremos estudiar", dijo Hosam Zomlot, uno de los estudiantes que visitaron a sus familias y quedaron varados en Gaza. Al igual que otros muchos, pretendía graduarse en junio.
La mayoría de los alumnos de las universidades de Birzeit o An- Najah, dos de las cinco ubicadas en Cisjordania, estudian carreras como ingeniería o psicología, que no existen en las dos universidades de Gaza.
"Birzeit no es sólo la mejor universidad. También inculca un sentido de nacionalismo. Enseña cosas sobre tu comunidad y tu responsabilidad hacia la sociedad en la que vives", afirmó Zomlot.
"Estas medidas no son necesarias para la seguridad de Israel. Ellos, simplemente, echan a los estudiantes de Gaza porque son identificables y, por lo tanto, fáciles de castigar", dijo Catherine Grosso, ciudadana estadounidense que trabaja en un proyecto de derechos humanos en la universidad de Birzeit.
Los estudiantes afirman que durante años pudieron estudiar sin permisos porque cruzaban ilegalmente las fronteras interiores en camiones de carga. Muchos cuentan divertidas historias "de guerra" sobre las aventuras que debieron sortear para continuar con sus estudios.
Hace dos años, cuando el ejército de Israel realizó una redada en la vivienda estudiantil de Birzeit, Radwan se refugió durante dos horas en un tanque de agua. Logró escapar, y se dio cuenta horas depués que le habían herido de un disparo en el pie cuando se sacó los zapatos.
Zomlot aseguró que traspasó los límites de Gaza disfrazado de colono judío y saludó con un sonriente "shalom" a los soldados allí apostados en tres oportunidades.
Sharif al-Sharif es uno de los héroes de la universidad. Fue capturado una mañana y enviado a Gaza de inmediato. Al anochecer, estaba nuevamente en la universidad, blanco por el cemento que cargaba el camión que lo llevó de regreso.
"Si no completamos los estudios, perdemos todo en la vida. Por eso asumimos esos riesgos", dijo Zomlot.
Funcionarios de la universidad estiman que un grado que insumiría cuatro años en condiciones normales lleva siete debido a las clausuras, problemas de permisos y arrestos.
Radwan aspira a cursar la maestría cuando obtenga el grado, pero no en Cisjordania. En cambio, planea asistir a la Universidad de Georgetown, en Washington, donde estudia un hermano suyo.
"Estoy cansado. Estoy cansado de dormir en las montañas, cansado de asustarme cuando trato de estudiar de noche. Quiero irme a otro lugar, a un lugar seguro", dijo. (FIN/IPS/tra- en/dho/rj/mj/ip/96)