NIGERIA-BENIN: Una frontera muy sensible

La vida económica de los territorios fronterizos entre Nigeria y Benín ha renacido en las últimas dos semanas, tras haberse reabierto las fronteras terrestres entre estos dos países de Africa occidental.

Los residentes de las zonas de frontera festejaron la decisión de Abuja de abrir las fronteras después de 50 días de haberlas clausurado unilateralmente, pues la sobrevivencia de esas comunidades depende del comercio entre ambas márgenes.

El motivo aparente de la reapertura fue la inminencia de la visita que realizó el mes pasado a Nigeria el recién elegido presidente de Benín, Mathieu Kerekou -que fue dictador en el vecino país durante 17 años- para conferenciar con su colega nigeriano, el general Sani Abacha.

Sin embargo, no se habían producido conversaciones similares con el anterior presidente de Benín, Nicephore Soglo, hasta finales de marzo, cuando ya había transcurrido casi un mes de la clausura de las fronteras, de 800 kilómetros de extensión, que separan a Nigeria de su diminuto vecino.

Nigeria había aducido razones de seguridad para cerrar la frontera con Benín, diciendo poseer informes de que "ciertos grupos e individuos, en nuestros dos países, se preparan a desestabilizar a su gran nación", según comunicó Abuja al gobierno de Benín, "antes de las elecciones presidenciales".

Las autoridades de Benín intentaron, sin resultado alguno, obtener de Nigeria algunos detalles más de la supuesta amenaza a su seguridad.

De todas formas, el gobierno de Soglo también cerró sus fronteras del 1 al 3 de marzo, y nuevamente el 17 de marzo, cuando realizó las elecciones presidenciales, aunque las reabrió de inmediato. Pero el lado nigeriano permaneció clausurado.

La primera indicación de las verdaderas razones para cerrar las fronteras surgieron el 29 de marzo, cuando el ministro de Asuntos Exteriores de Nigeria, Tom Ikimi, se dirigió a un grupo de diplomáticos africanos en Abuja.

Ikimi dijo que la clausura se debía a que Benín estaba facilitando vías de escape a "disidentes, conspiradores golpistas y agentes desestabilizadores" que necesitaban salir de Nigeria.

La acusación fue rechazada con vehemencia por Ayite Kpako, embajador de Benín en Nigeria, presente en la reunión.

En efecto, los defensores de los derechos humanos y militantes de la Coalición Democrática Nacional, frecuentemente eligen escapar a Benín para burlar los sistemas de seguridad montados en los aeropuertos internacionales de Nigeria. (FIN/IPS/tra-en/dm/oa/arl/ip/96)

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