Casi un año después de lograr la suspensión de un enorme proyecto hidroeléctrico en Nepal, grupos ambientalistas locales afirman que el país aún no aprendió la lección del detenido megaproyecto Arun III.
Luego que el Banco Mundial suspendió el programa de mil millones de dólares en agosto de 1995, la atención se concentró en el mejoramiento de la eficacia energética y el desarrollo de pequeños proyectos hidroeléctricos, como alternativas más baratas y localmente manejables.
Los activistas están ahora preocupados por un nuevo proyecto: el Kali Gandaki A, de 444 millones de dólares, cuya construcción comenzará el próximo año y culminará antes del año 2001, según se prevé.
La represa producirá 144 megavatios, en una nación donde sólo 13 por ciento de los 21 millones de habitantes cuentan con energía eléctrica.
Financiado principalmente por el Banco de Desarrollo de Asia (AsDB) y el Fondo de Cooperación Económica de Ultramar de Japón, el proyecto implica la construcción de un dique de 44 metros de altura en el río Kali Gandaki.
El Banco afirma que la represa satisfará las necesidades energéticas de Nepal sin perjudicar su medio ambiente. "El proyecto no tiene las desventajas ambientales típicas de grandes complejos hidroeléctricos", señaló la institución en un estudio sobre el impacto ambiental del programa, publicado el pasado marzo.
Mientras, el AsDB asegura que Kali Gandaki es "aceptable desde el punto de vista del plazo, el costo, los riesgos y las perspectivas ambientales", y además de crear fuentes de trabajo, se basa en una "fuente renovable (el agua) limpia y relativamente no contaminante".
Sin embargo, en el reciente encuentro anual del Banco, en la capital de Filipinas, varios activistas señalaron que Kali Gandaki es un ejemplo de "la política de megaproyectos" del AsDB en materia de generación de energía.
"No hemos aprendido la lección de Arun III", manifestó Golpal Siwakoti, del Instituto Internacional para los Derechos Humanos, el Medio Ambiente y el Desarrollo (INHURED), un grupo nepalés que encabezó la campaña contra el megaproyecto.
INHURED cuestionó la viabilidad y el beneficio a la población rural de Kali Gandaki, así como su impacto sobre la cuenca del río, la falta de participación de los residentes locales y la falta de consideración de proyectos hidrológicos de menores dimensiones.
El AsDB aún debe resolver el problema de la desecación de 11 kilómetros del río debido al desvío de las aguas, destacó el activista, quien exigió más detalles sobre los planes de financiamiento y los costos de electricidad.
Siwakoti enumeró 20 pequeños proyectos hidroeléctricos, de uno a 60 megavatios, que en su opinión son manejables y no necesitan de grandes créditos multinacionales.
El Banco Mundial anunció, tras la suspensión de Arun III, que contribuiría a desarrollar proyectos alternativos, pero grupos de activistas observaron que el AsDB aún no ha considerado seriamente otras opciones "económicamente viables".
Sikawoti destacó que algunos proyectos comunitarios de energía, de uno a cinco megavatios, ya están en funcionamiento en algunas partes del país. (FIN/IPS/tra-en/js/cpg/ml/en-dv/96)