Con un deterioro que abarca desde goteras en los techos hasta escasez de lápices, las Naciones Unidas se están cayendo a pedazos por falta de dinero.
Los embajadores que hablaron ante la Asamblea General de la ONU debieron quejarse del agua que gotea del techo de sus oficinas, mientras otros se lamentaron que deben sortear baches en su camino al edificio de la organización, que ya tiene 50 años.
Previsiblemente, el organismo mundial seguirá cayendo a pedazos porque la secretaría no tiene fondos para las más elementales tareas de mantenimiento y reparación.
"El techo de la Asamblea General gotea y hay baches justo enfrente de la Secretaría", apuntó Nester Odaga-Jalumayo, de Uganda, a la Comisión de Administración y Presupuesto de la ONU.
El delegado ugandés se quejó que el mantenimiento de la sede de la ONU en Nueva York "se ha deteriorado dramáticamente y sigue empeorando", debido a la crisis financiera de la organización.
La vocera de la ONU, Sylvana Foa, expresó que el techo con goteras no había sido reparado porque las Naciones Unidas consideraban que no era una cuestión prioritaria que debía distraer con urgencia su atención.
La crisis financiera de la organización mundial ha obligado a la Secretaría a pasar por alto no solo reparaciones básicas sino tambien introducir drásticas medidas de austeridad para poner freno al derroche y la incuria.
El secretario general asistente, Benon Sevan, dijo a la Comisión de Conferencias que los delegados no seguirán recibiendo copias múltiples de los documentos e informes de la ONU. Durante las sesiones de la Asamblea General del año pasado, las Naciones Unidas imprimieron 500.000 copias de documentos que totalizaron 6,5 millones de páginas.
"Una gran parte de esas copias son recolectadas de las mesas despues de cada reunión y terminan en las máquinas de reciclaje", dijo Sevan a los delegados. Solo la reducción en los impresos ahorrará alrededor de 250.000 dólares por año.
Las Naciones Unidas tambien cesaron de proveer lápices y papel, que antes eran gratuitamente distribuídos en las salas de reunión. No obstante, Foa declaró la semana pasada que Nippon Television de Japón vino en auxilio del empobrecido organismo mundial y conjuró la crisis de los lápices.
"Habiendose enterado que la ONU no estaba en condiciones de proveer lápices, trajeron 10.000 que pintaron delicadamente con el color azul de las Naciones Unidas", dijo.
La falta de fondos se debe principalmente a la deuda de 1.400 millones de dólares en cuotas atrasadas de Estados Unidos.
Hasta esta semana, solo 61 de los 185 estados miembros había pagado totalmente sus respectivas cuotas para 1996, si bien el plazo de amortización expiró el 31 de enero último.
Foa indicó que los estados miembros estaban debiendo a la organización alrededor de 2.800 millones de dólares, 1.100 millones para el presupuesto general y 1.700 millones para misiones de paz.
Washington es, al mismo tiempo, el principal contribuyente y el mayor moroso, ya que debe pagar una contribución del 25 por ciento al presupuesto de las Naciones Unidas.
Aguijoneada por la mayoría republicana en el Congreso, la administración del presidente Bill Clinton demandó que la ONU restructurara su burocracia incluso en el caso que Washington pagara sus cuotas atrasadas.
Con el fín de demostrar a Estados Unidos que las Naciones Unidas están poniendo orden en sus finanzas, los funcionarios están luchando para ubicar los sectores donde pueden cortar gastos. El subsecretario general, Joseph Connor, dijo a la Comisión que había identificado rubros para cortar por 140 millones de dólares, de los 154 millones de ahorro ordenados por la Asamblea General.
Las reducciones figurarán en el actual presupuesto 1996-1997, que fué estimado en 2.600 millones de dólares para el bienio.
Al 31 de marzo, dijo Connor, unos 637 puestos de la ONU habían quedado vacantes, y otros 100 lugares se abrieron desde entonces. Las Naciones Unidas seguirán haciendo más ahorros mediante medidas restrictivas, estricta aplicación de la edad de pensionamiento, congelación de reclutamientos, reubicación del personal y licenciamientos.
Señalando algunos ahorros, Connor dijo que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, con sede en Santiago, reducirá los costos de papel y franqueo postal en 30 por ciento.
El Centro Internacional de Computación ha calculado que ahorrará más de un millón de dólares compartiendo sus instalaciones de Internet entre las distintas agencias y organismos de la ONU en todo el mundo.
La oficina de la ONU en El Salvador pretende cortar cerca del 13 por ciento de sus gastos de viaje mediante el uso de descuentos y tarifas especiales, y tambien ahorarrá un cuarto del costo de suministros mediante ajustados procedimientos de procuración.
El próximo presupuesto de la ONU institucionalizará esa política de ahorro de costos y reflejará un significativo cambio organizativo, aseguró Connor. (FIN/IPS/tra-en/td/fah/ego/if).
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