En medios políticos y académicos de México proliferan propuestas económicas alternativas al dominante modelo neoliberal, aunque despojados del radical tono opositor que caracterizó a estos planteos hasta la desaparición del bloque socialista europeo.
Voceros oficiales aseguran que en los próximos meses se consolidará la recuperación incipiente mostrada por algunos indicadores macroeconómicos, pero ya no insisten en que la suya sea la única opción.
El gobierno apuesta al recorte del gasto social, el pago puntual de la enorme y creciente deuda externa y el freno a la inflación, con descenso brusco del poder adquisitivo y el mercado interno.
El presidente Ernesto Zedillo dijo esta semana que tras caer uno por ciento la producción el primer trimestre del año respecto de igual período de 1995, en el segundo trimestre se prevé un aumento de cinco por ciento en relación al mismo lapso del año pasado.
El investigador Octavio Rodríguez Araujo, experto de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo a IPS que el término comparativo no sirve para medir un repunte real de la recesión iniciada en diciembre de 1994.
Rodríguez Araujo señaló que precisamente en el segundo trimestre de 1995 la curva productiva cayó de modo brusco a su nivel más bajo desde el estallido de la crisis, hace 17 meses.
Las previsiones oficiales de un incremento productivo del 2,5 por ciento para 1996 en relación con el año pasado están siendo revisadas al alza por fuentes privadas y gubernamentales.
Sin embargo, aun cuando se llegara a crecer tres por ciento como previó el martes Héctor Larios, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, se estaría muy por debajo del siete por ciento que perdió el producto interno bruto en 1995.
Rodríguez Araujo sostuvo que "el fracaso del neoliberalismo a ultranza en materia de bienestar social, e incluso de desarrollo socioeconómico, ha disipado la falsa creencia de que no hay ninguna propuesta alternativa realista capaz de aplicarse en la práctica".
La más difundida es la de Alianza Cívica, la mayor red no gubernamental de México, que apoyó su planteo con 300.000 firmas y contó con el asesoramiento de calificados economistas.
Plantea renegociar la deuda externa, reactivar el consumo de las mayorías y condonar la cartera vencida a empresas viables productoras de bienes y servicios que son deudoras morosas de la banca, a fin de paliar el desempleo.
Según Rodríguez Araujo, ya en la década del 80 se manifestaron los límites de las políticas económicas neoliberales extremas y citó al respecto al "regulacionismo del teórico (francés) Michel Aglieta, que combina la iniciativa privada con la intervención del Estado para garantizar un mínimo de bienestar social".
"Se trata de regular flujos de capital e inversiones para curarse en salud frente a eventuales estallidos sociales causados por la disconformidad ante carencias críticas", afirmó.
Otra propuesta alternativa fue formulada por el economista Arturo Huerta, en su reciente libro sobre las "Causas y remedios de la crisis económica de México".
Huerta pone el acento en "la necesidad de una perspectiva de largo plazo basada en la democratización de la sociedad y que no descanse sólo en el libre juego de las fuerzas del mercado, que se mostraron incapaces de regular la economía".
El economista rechaza "las férreas políticas contraccionistas que atentan contra el crecimiento" y postula "un programa que recupere la capacidad de decisión económica y política para construir el futuro en una perspectiva de desarrollo sostenido y equitativo".
Entre las medidas incluye una reestructuración de los aparatos regulatorios del Estado para coordinar las actividades de todos los agentes productivos con eje en el bienestar común.
También plantea dejar de lado la autonomía del banco central y el objetivo de estabilidad monetaria, "debido a que ello relega el crecimiento económico", así como impulsar créditos interempresas y postergar pagos de deudas empresariales.
"Si la empresa A vende a B con crédito y ésta le vende a C, también con crédito, ésta última empresa le puede pagar a B mediante el abastecimiento a A", ejemplifica.
Este plan alternativo reclama un viraje que suplante la actual política económica, volcada hacia un incremento de exportaciones y del flujo de capital externo, por otra basada en el aumento de la producción, el ahorro y el mercado interno. (FIN/IPS/emv/ag/if/96)