El producto interno bruto (PIB) de México recuperará este año tres de los siete puntos porcentuales que perdió en 1995, según cree el gobierno, pero expertos y empresarios son menos optimistas y piden un golpe de timón para evitar un nuevo colapso.
La previsiones oficiales son puestas en tela de juicio por analistas, partidos políticos y sectores de actividad, que reclaman cambios en la política económica neoliberal en curso.
La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y la Confederación de Cámaras Industriales exigen medidas para la reactivación del mercado interno.
El gobierno informó un superávit comercial récord de 1.846 millones de dólares en el primer trimestre del año, producto de exportaciones por 21.781 millones e importaciones por 19.935 millones.
Se trata del quinto trimestre consecutivo con saldo comercial positivo, y el resultado es superior al superávit de 597 millones de dólares registrado en el primer trimestre de 1995.
Los ingresos por exportaciones aumentaron 15,9 por ciento en los primeros tres meses de este año frente a igual periodo de 1995, un hecho que alivia la parálisis causada por la caída del consumo.
El comercio exterior de México fue fuertemente deficitario hasta el estallido en diciembre de 1994 de la crisis financiera, y ese año totalizó un saldo negativo de 27.000 millones de dólares.
Las autoridades sostienen que la recesión tocó fondo en el tercer trimestre de 1995 y el proceso de recuperación gradual se mantiene desde entonces, pero sus críticos aseguran que la reactivación no sólo es demasiado lenta, sino también incierta.
La secretaría (ministerio) de Hacienda pronosticó para este año un crecimiento del PIB de tres por ciento, aunque Alberto Gómez Alcalá, del Banco Nacional de México (Banamex, una de las mayores casas de crédito privadas del país) cree que el aumento sólo será de dos por ciento.
Arturo Lomelí, coordinador de la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor, dijo que según encuestas a su cargo, las ventas continúan deprimidas y solo representan 50 por ciento del nivel registrado antes de la crisis.
Lomelí afirmó que "hay angustia general ante indicios de que, como consecuencia de problemas de sequía y baja de la producción en el campo, en el corto plazo se podrían elevar hasta 80 por ciento los precios de todos los granos básicos".
"Existe al respecto una evidente presión de varios sectores industriales y comerciales para actualizar precios rezagados", agregó.
Mientras, se mantiene desde hace cino semanas a la baja la tasa de interés del papel bursátil público, los Certificados de la Tesorería (Cetes), pero aún se halla por encima de 28 por ciento anual, lo que representa varias veces la tasa vigente en Estados Unidos.
La investigadora Irma Negrete, de la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró a IPS que existe el peligro de que "lograda cierta estabilidad macroeconómica, ésta se revele como demasiado frágil y momentánea".
Las altas tasas de interés elevan los costos financieros de las empresas productivas y ese hecho, junto al descenso del salario real, profundiza la recesión y los problemas de cartera vencida (deudores morosos de la banca), señaló Negrete.
Agregó que México pagó en 1995 intereses al exterior por cerca de 13.200 millones de dólares, equivalentes a un quinto del presupuesto y casi al doble del gasto en inversión productiva.
Para Negrete será imposible consolidar la recuperación económica si no se realiza un profundo viraje desde una economía que definió como "especulativa" a otra de perfil "productivo".
"Ello requeriría un cambio sustancial en la actual política económica gubernamental, y no parece probable, dada la reafirmación oficial constante de sus lineamientos básicos", concluyó. (FIN/IPS/emv/ff/if/96)