A poco menos de un mes de la reunión en Bruselas entre el Mercosur y la Union Europea (UE), el enfrentamiento entre Brasil y Uruguay amenza erosionar el bloque sudamericano.
Representantes del Mercosur (Mercado Común del Sur) y la UE se reunirán el 11 y el 12 de junio para comenzar el proceso hacia la liberalización a partir del 2000 del comercio bilateral.
Pero antes, Brasil y Uruguay deberán zanjar el más duro enfrentamiento entre ambos desde la creación del Mercosur.
La puja comenzó cuando el 9 de este mes Brasil reimplantó la exigencia de financiamiento a 30 días para la importación de unos 500 productos de la industria de la vestimenta, entre ellas todas las confecciones que Uruguay fabrica para ese mercado.
La medida brasileña impone prácticamente el pago al contado de la compra de vestidos en el exterior y desconoce normas del Mercosur. En respuesta, Uruguay anunció a Argentina y Paraguay, los restantes socios, que de no superarse la situación, no convalidará ningún acuerdo de asociación comercial.
Chile está en la puerta de entrada del Mercosur luego de casi dos años de negociaciones y la firma de los documentos finales estaba prevista para el 25 de junio en Buenos Aires.
El Mercosur también desarrolla negociaciones con Bolivia y Venezuela y este mes comenzó un acercamiento con Australia y Nueva Zelanda.
La decisión de Brasil de mantener las medidas adoptadas y la respuesta uruguaya provocaron la reacción de Chile, cuyo canciller, José Miguel Insulza puso en duda esta semana la firma de los compromisos en la fecha anunciada.
La crisis entre Brasil y Uruguay dejó en evidencia la debilidad del sistema de solución de controversias del Mercosur y volvió a sacar a la luz la posibilidad de crear un tribunal de justicia supranacional.
Hasta ahora, el gobierno de Fernando Henrique Cardoso se limitó a anunciar que "posiblemente" en los próximos días se emitirá una resolución para excluir los productos importados del área del Mercosur de la exigencia de financiación a 30 días.
"No tenemos nada escrito, sólo palabras y promesas, que generalmente se las lleva el viento. No es la primera vez que Brasil viola acuerdos del Mercosur", dijo a IPS un alto funcionario diplomático uruguayo.
"Antes de firmar en forma apresurada" la asociación con el Mercosur, "preferimos negociar un buen acuerdo", dijo Insulza, apelando al lenguaje diplomático para expresar su disgusto por la postura uruguaya.
"Preferiría no poner la fecha del 25 ni ninguna otra", añadió, y señaló que un memorandum enviado por los países del Mercosur "requiere un estudio mayor".
La reacción uruguaya, que traba cualquier negociación con terceros países, pareció agudizar el enfrentamiento con Brasil y dificultar la solución al diferendo.
"Es inaceptable paralizar el Mercosur en virtud del impacto de medidas de carácter financiero interno. Sería un error usar un intrumento de presión política cuando existen instrumentos alternativos", señaló el subsecretario de Integración brasileño José Botafogo Gonçalves.
El funcionario expresó al diario Gazeta Mercantil su esperanza en que "las autoridades (de Uruguay) no cedan a las presiones de sectores productivos y no entren en el camino de paralizar las negociaciones".
El canciller uruguayo Alvaro Ramos destacó que el problema "es muy grave" para Uruguay y hasta que no se resuelta no se firmarán acuerdos comerciales con terceros países.
La industria textil uruguaya está afectada por una severa crisis, evidenciada a comienzos de mes con el cierrre de Alpargatas, la más antigua planta del sector en el país, de 105 años de antiguedad.
El director general de Integración y Mercosur de Uruguay, Agustín Espinoza, desestimó las expresiones de Gonçalves e indicó que la marcha del bloque "es una suma de problemas, algunos más serios que otros, pero comunes al proceso de integración.
La Cámara de Industrias de Uruguay presentó el martes un documento al parlamento en respaldo de la actuación de la cancillería.
Los industriales destacaron que las exigencias del gobierno brasileño "son restricciones incompatibles con el proceso de integración".
Uruguay recibió un firme apoyo de Paraguay y una "tibia" solidaridad de Argentina, según la óptica de los observadores del gobierno.
La protesta argentina, entregada el lunes al gobierno brasileño, fue considerada "muy fría y formal" por los uruguayos. (FIN/IPS/rr/ff/ip/96).