En un trascendental cambio, el presidente de Chile, Eduardo Frei, resolvió hoy que someterá a la aprobación del Poder Legislativo el futuro acuerdo de asociación y libre comercio con el Mercado Común del Sur (Mercosur).
La decisión, anunciada por el ministro de Relaciones Exteriores, José Miguel Insulza, alejaría definitivamente la posibilidad de que el acuerdo entre Chile y el bloque de cuatro países se firme el próximo 25 de junio en Buenos Aires.
La fecha estaba ya rodeada de una creciente incertidumbre, luego de que en la última ronda de conversaciones, realizada entre lunes y miércoles en Buenos Aires, persistieron desacuerdos claves en materia de aplicación de las llamadas normas de origen para efectos de las liberaciones arancelarias.
Insulza calificó la medida como un "gesto político" del presidente, que responde a la importancia que tiene para el país la integración económica y comercial con el Mercosur, conformado desde 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En su expresión práctica, el cambio significará concretar la asociación mediante un tratado internacional, instrumento que de acuerdo a las normas constitucionales chilenas requiere de la sanción del parlamento.
Esta modalidad fue planteada a comienzos de año por la oposición derechista, pero Frei la rechazó arguyendo que la asociación con el Mercosur no necesitaba aprobación legislativa, en tanto sería un acuerdo en el marco del tratado con la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi).
Insulza comentó que "hay bastante seguridad de que la asociación (con el Mercosur) se producirá", descartando así un probable rechazo del tratado en la cámara alta, donde la oposición derechista tiene mayoría gracias a los senadores designados.
En los sectores políticos y empresariales existe un apoyo mayoritario a la integración con el vasto mercado del bloque sudamericano, aunque hay grados de oposición por parte de los agricultores tradicionales y los exportadores de frutas y vinos.
La negociación entre Chile y el Mercosur comenzó oficialmente en el segundo semestre de 1994 y sólo a comienzos de este año se llegó a un acuerdo general, diferido por las complejas discusiones de los temas agrícolas.
Hace dos semanas, cuando se estimaba que sólo restaba precisar algunos detalles del documento a firmar el 25 de junio, surgió el diferendo sobre las normas de origen, relativas a los porcentajes de componentes importados que debe tener un bien para ser considerado nacional y gozar de franquicias arancelarias.
El martes, en el Mensaje a la Nación pronunciado al inaugurar el período de legislatura del Congreso, Frei advirtió que Chile no firmaría el acuerdo con el Mercosur mientras no estimara que estaban debidamente garantizados los intereses del país.
Al resolver que el texto definitivo tenga las características de tratado internacional y sea sometido al parlamento, el mandatario parece buscar un compromiso de todas las fuerzas políticas con la integración al Mercosur. (FIN/IPS/ggr/ag/ip- if/96)