La creciente desconfianza hacia la intermediación de Estados Unidos en el proceso de paz de Medio Oriente amenaza el futuro de las negociaciones de Israel con palestinos y sirios.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Warren Christopher, manifestó a Los Angeles Times su pesimismo sobre el progreso de las conversaciones sirio-israelíes, y señaló que el presidente sirio Hafez al-Assad tiene ahora demasiados temores y sospechas en relación a las intenciones de Israel en la región.
Pocos días antes, el Departamento de Estado publicó su lista anual de los países que "promueven el terrorismo internacional', incluyendo a Siria. Una nota marginal explicaba que Siria no promueve directamente el terrorismo desde 1986, pero continúa dando refugio a organizaciones extranjeras que realizan "actos terroristas".
Congresistas republicanos criticaron duramente las frecuentes visitas del secretario de Estado a Damasco (20 hasta el momento). Christopher y el presidente Bill Clinton argumentaron que "guste o no, un tratado de paz integral en Medio Oriente es imposible sin Siria, y Estados Unidos debe actuar en conformidad".
Sin embargo, fue el primer ministro israelí Shimon Peres quien unilateralmente interrumpió las negociaciones de paz con Siria tras una serie de atentados suicidas con bomba perpetrados en enero y febrero por grupos radicales islámicos en Israel.
Este desaire a Assad por una acción en la que el líder sirio no estuvo involucrado permite al mandatario israelí presentar una imagen más radical ante los votantes, que elegirán nuevas autoridades el 29 de este mes, pero tiene un costo.
La medida de Peres dejó en evidencia que Israel puede interrumpir y reanudar las negociaciones de paz a su antojo, sin ser penalizado por Washington de manera alguna. Lejos de actuar como un negociador imparcial, Estados Unidos actúa como un socio de Israel, justificando todas las acciones del estado judío.
Esta opinión es compartida en toda la región. "La intermediación de Estados Unidos entre árabes e israelíes es muy importante, pero está afectada de parcialidad", declaró este lunes el canciller egipcio Amr Moussa en conversaciones con funcionarios de la Unión Europea.
"En el marco de los preparativos para acuerdos definitivos, cualquier desequilibrio en favor de alguna de las partes constituye un mal presagio para la futura estabilidad de la región", agregó Moussa.
El desequilibrio se hizo evidente durante el conflicto del pasado mes entre Israel y el grupo radical islámico Hezbollah, en el sur de Líbano, donde Christopher intentó aplicar un plan de tregua elaborado básicamente por Israel, y no por su Departamento de Estado.
La dura posición adoptada por Assad, que resultó en el fracaso del plan original israelo-estadounidense, pareció desconcertar al secretario de Estado.
Christopher está tan acostumbrado a lograr sus propósitos con figuras árabes pro-occidentales como el presidente egipcio Hosni Mubarak o el rey Hussein de Jordania que encuentra dificultades para negociar con líderes de línea más dura como Assad.
En las negociaciones, el presidente sirio siempre exigió el retiro de Israel de las alturas del Golán capturadas en junio de 1967, de acuerdo con la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Israel ha intentado calmar las aguas proponiendo, en lugar de la frontera del armisticio de 1949 -que demarcó los límites entre el recién creado Israel y Siria-, la discusión de la frontera existente en 1923, cuando Palestina fue colocada bajo mandato británico por la Liga de Naciones.
Assad se negó terminantemente a discutir la propuesta, favorable a Israel y Palestina. Ambas partes decidieron entonces concentrarse en el desarrollo de una "paz total" sobre términos diplomáticos, económicos y culturales.
Si la negociación entre Siria e Israel se reanuda, probablemente coincidirá con la de palestinos e israelíes, y una influirá sobre la otra. Si Assad considerase que los palestinos realizan demasiadas concesiones, podría endurecer aun más su posición.
La posibilidad de esta intrusión siria en las negociaciones para un acuerdo final palestino-israelí está en las raíces de las recientes críticas de Christopher a Assad. (FIN/IPS/tra- en/dh/rj/ml/ip/96) – – – – (*) Dilip Hiro es autor del Diccionario de Medio Oriente, publicado por Macmillan en Londres y St Martin's Press en Nueva York.