LIBANO: El costo de la ira de Israel

Tres semanas después del fin de la operación israelí "Viñas de Ira" contra guerrilleros islámicos de Hezbollah, la población y la economía de Líbano sufren las atroces consecuencias.

Los 16 días de intensos combates dejaron como saldo unas 170 personas muertas y otras 351 heridas, además de perjudicar gravemente la economía del país, que recién comenzaba a recuperarse de una cruenta guerra externa e interna.

El daño material se estima en 500 millones de dólares, y algunos economistas predicen una reducción de dos puntos porcentuales en la tasa de crecimiento anual como consecuencia directa del conflicto.

Marwan Iskandar, director de un centro de estudios económicos, estimó que la reparación de la infraestructura destruida -casas, puentes, calles, redes eléctricas y depósitos de agua potable- costará cerca de 100 millones de dólares.

Sólo la reparación de dos estaciones de energía eléctrica cercanas a Beirut tendrá un costo de 40 millones de dólares, de acuerdo con expertos franceses que trabajan en el área.

Pero si se considera junto con el daño a la infraestructura el enlentecimiento de la economía, el desplazamiento de más de 300.000 habitantes y el retraso de proyectos públicos y privados, las pérdidas ascienden a 500 millones de dólares.

Por otra parte, los refugiados temen volver a sus bases pese a que el frágil acuerdo de tregua prohíbe los ataques contra objetivos civiles, debido especialmente al bombardeo israelí a un campo de refugiados en la ciudad de Cana, en el sur de Líbano.

"Volvimos porque no tenemos alternativa, pero luego del bombardeo sabemos que nunca podremos vivir en paz", manifestó un refugiado que regresó al área de Cana.

La alegría del reencuentro se empaña con las perspectivas de nuevos combates. Los refugiados que regresan se preguntan si no deberán huir nuevamente, como sucedió tras otro cese del fuego en julio de 1993.

"No creemos en ningún acuerdo, porque cuando Israel desea atacar no pide permiso. Si tuviera otra opción no volvería a Cana, pero mis hijos están enterrados aquí y no puedo dejarlos solos", expresó Fátima Balhass, quien perdió cinco niños en el bombardeo.

La situación no es diferente en El Nabetieh, uno de los principales objetivos del ataque israelí, donde una familia perdió ocho niños y su madre.

"Abusaron de nuestra sangre para luego firmar un acuerdo que no es más que una gran mentira", dijo el padre, que sobrevivió a los bombardeos.

Muchos habitantes no comenzaron todavía a reconstruir sus casas, aunque algunas están prácticamente destruidas. "No podemos arreglarlas para que luego las vuelvan a destruir. Ya aprendimos la lección en 1993, así que por ahora esperaremos", dijo un residente.

La pérdida de ingresos como consecuencia directa del ataque israelí se estima en 260 millones de dólares diarios, particularmente en sectores de servicios como el turismo y el comercio, además de la agricultura.

Mientras, el costo de la demora en la reparación de infraestructura y en la ejecución de proyectos privados se calcula en 75 millones de dólares.

Se prevé que la ayuda extranjera se destinará fundamentalmente a equilibrar la balanza de pagos y a limitar el déficit presupuestal.

Algunos economistas opinan que es posible compensar la reducción del crecimiento económico en el segundo semestre del año, basados en que el acuerdo con Israel estimulará la inversión y contribuirá a reanudar la producción.

Iskandar propuso algunas medidas para asegurar la estabilidad de la moneda libanesa. El economista sugirió la extensión del horario de trabajo en las fábricas, escuelas y otras instituciones, así como otras medidas de emergencia para estimular la producción a corto plazo. (FIN/IPS/tra- en/rt/mk/fn/ml/if-ip/96)

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