Las dos grandes coaliciones que se enfrentaron el 21 de abril en las elecciones parlamentarias de Italia se muestran unidas ante la campaña secesionista lanzada por la Liga Norte, que pretende de la independencia de la rica región de Padania.
Umberto Bossi, presidente de la Liga Norte, se pronunció por la división de Italia en dos estados independientes, a ejemplo de lo ocurrido con Checoslovaquia, que desapareció el 1 de enero de 1993 para dar lugar al nacimiento de Eslovaquia y la República Checa.
Bossi pretende la creación de la República de Padania, que estaría conformada por las actuales regiones de Lombardía, Piamonte y Véneto, las tres regiones del valle del río Po, una de las áreas más ricas de Europa.
La Liga Norte ganó 86 bancas en el parlamento, al lograr en las elecciones de abril 10 por ciento de los votos en el total general y 34 por ciento en Padania.
Entrevistado por la prensa, Bossi no manifestó ninguna preocupacion ante la eventualidad de ser sometido a proceso judicial por sus declaraciones en favor de la secesión del norte. Al respecto, la clase dirigente parece orientada a dar una respuesta politica al presidente de la Liga Norte.
Bossi, que con su pronunciamiento superó la demanda original de la Liga Norte de convertir a Italia en estado federal, anunció la convocatoria a un congreso de su movimiento político para la creación de un "comité de liberación" y de un gobierno paralelo para Padania.
Romano Prodi, líder de la coalición centroizquierdista Olivo y futuro primer ministro, se declaró convencido de que "con un buen gobierno será posible eliminar las tensiones separatistas".
Mientras, Silvio Berlusconi, jefe del centroderechista Polo de la Libertad, calificó de "subversivos" los planteamientos de Bossi y dijo que la solución consiste en crear un "federalismo fiscal".
En una manifestación realizada el domingo en Padua fue presentada la llamada "Guardia nacional de Norte", conformada por jóvenes y menos jóvenes de camisa verde que escoltaron a los miembros del llamado Parlamento del Norte, presidido por Bossi.
El alcalde de Venecia, Massimo Cacciari, del Olivo, descartó toda razón para el movimiento secesionista encabezado por Bossi.
La secesión puede ser reclamo legítimo de "una minoria" que tenga "su libertad de expresión es conculcada, como en el caso de algunas repúblicas de la ex Unión Soviética, o cuando su individualidad religiosa, étnica o linguística no fuera reconocida, como tambien sucedía en grandes republicas soviéticas o en grandes comunidades africanas", dijo Cacciari.
Pero en "el caso de Italia, no existe ninguna de estas razones: a nadie en el Norte le es conculcada la libertad de expresión, a nadie le es negada la fe religiosa ni la lengua", agregó.
En opinión de Cacciari, se poner en marcha de inmediato un proceso constituyente hacia el federalismo, que sería "la única manera de salvar la unidad de Italia. En caso contrario, la situación podría llegar a ser explosiva", advirtió el alcalde. (FIN/IPS/jp/ff/ip/96).
