Tras marchas y contramarchas, el ex magistrado Antonio Di Pietro, a quien las encuestas indican como el hombre más popular de Italia, aceptó hoy ingresar al nuevo gobierno de centroizquierda.
Disputado por los dos grandes bloques políticos, el de centroizquierda (El Olivo) y el de centroderecha (el Polo de la Libertad), Di Pietro anunció que formara parte del gabinete que está formando el futuro primer ministro Romano Prodi.
El magistrado símbolo de la operación judicial contra la corrupción política conocida como Manos Limpias, que con sus denuncias decapitó a la anterior dirigencia del país, asumirá el Ministerio de Obras Públicas.
Fue justamente a través de la asignación de obras públicas que se produjo el mayor número de casos de corrupción.
Al haber desaparecido, o al menos disminuido drásticamente, ese fenómeno, el de la construcción es actualmente un sector que se encuentra prácticamente paralizado, según declaró Prodi, al expresar su satisfaccion por el ingreso de Di Pietro al gobierno.
El futuro jefe de gobierno manifestó que el "sí" del ex juez de Manos Limpias era producto de una "seria negociación política que había durado muchos meses".
Di Pietro envió una carta a Prodi en que le manifestó su completa disponibilidad a formar parte de su equipo de gobierno como ministro de Obras Públicas, que representa la continuación natural de cuanto ha hecho con Manos Limpias:
"Primero se trató de descubrir el deterioro de las relaciones entre política y negocios y ahora se trata de echar las bases para una reactivación transparente de las inversiones y de las iniciativas empresariales", dijo.
Manifestó que se "reconoce en los puntos principales del programa que llevará adelante Prodi", aclarando que no formará su propio movimiento político y que desea ser considerado un "técnico" en el equipo de gobierno.
Anteriormente, Di Pietro había rechazado la cartera de Justicia que le había ofrecido el ex primer ministro (mayo-diciembre de 1994) Silvio Berlusconi.
De 46 años, de origen campesino, Di Pietro aparece siempre en el primer lugar entre los personajes nacionales más queridos por los italianos.
Desde que renunció a la carrera judicial en diciembre de 1995, los dos pricnipales bloques políticos (sobre todo la derechista Aalinaza nacional y grupos centristas del Polo) trataban de atraerlo.
Di Pietro, que hasta ahora nunca había ocupado un cargo de gobierno o parlamentario, no se presentó en las elecciones parlamentarias del 21 de abril porque debió enfrentar tres procesos juduciales por presunto abuso de poder y concusión. Las causas fueron archivadas.
Una encuesta realizada tras los comicios reveló que de haberse presentado el ex magistrado habría obtenido la votación individual más alta. (FIN/IPS/jp/dg/ip/96).