Líderes políticos de ambos lados de la línea de batalla en el sur de Líbano rechazaron el informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el bombardeo israelí a un campo de refugiados libaneses el pasado 18 de abril.
Pese a las presiones de Estados Unidos y otros países para cambiar las conclusiones, una investigación encabezada por el asesor militar de la ONU Franklin van Kappen concluyó que Israel atacó deliberadamente el campo de refugiados de Qana a cargo de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano.
Sin embargo, el canciller libanés Fares Bweiz opinó que el reporte publicado este martes "minimiza" la responsabilidad de Israel, mientras el canciller israelí Ehud Barak solicitó al secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, que proteste contra el documento y sus "absurdas" acusaciones.
El equipo de la ONU contó 36 impactos de bomba en el área de Qana, 13 de las cuales cayeron en la base o "muy cerca de ella", provocando la muerte de 102 civiles, y además Israel no pudo explicar satisfactoriamente la presencia de sus helicópteros en la zona justo antes del ataque, señaló el informe.
"Aunque esta posibilidad no puede descartarse por completo, la característica de los impactos hace improbable que el bombardeo de la base de la ONU haya sido provocado por errores técnicos y/o de procedimiento", escribió el secretario general Boutros Boutros- Ghali en nota al Consejo de Seguridad.
"El reporte resta importancia a los hechos", declaró Bweiz a un grupo de periodistas en Beirut, este miércoles. "Consideramos que el grado de responsabilidad de Israel ha sido minimizado", añadió.
Por otra parte, funcionarios del gobierno de Israel rechazaron las conclusiones del informe, argumentando que el bombardeo de Qana fue causado por diversos errores, entre ellos la utilización de un mapa que situaba al campo a 170 metros de distancia del lugar real.
Washington, que la semana pasada se opuso a una versión preliminar del informe de Van Kappen, criticó a la ONU por "mirar todos los rincones del pasado, cuando el gobierno de Israel ya asumió su responsabilidad".
Mientras, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Madeleine Albright, sostuvo que el informe contiene "conclusiones injustificadas", lo que dio lugar a severas críticas.
Para los países árabes, la defensa de Estados Unidos a Israel sólo contribuye a menoscabar el papel de Washington como mediador en el proceso de paz de Medio Oriente.
"Estados Unidos ya no es un mediador honesto. La administración estadounidense ha abandonado todos los valores y principios morales que supuestamente defendía", publicó el diario oficialista egipcio Al-Akhbar.
La oposición de Estados Unidos podría desalentar posteriores acciones de la ONU contra Israel. Un miembro del Consejo de Seguridad manifestó a IPS en Nueva York que considera improbable que el Consejo, donde Estados Unidos tiene poder de veto, adopte medidas en base al informe. (FIN/IPS/tra-en/mom/rj/ml/ip/96)