El debate político del Mercosur se enrareció debido a un enfrentamiento entre Brasil y Uruguay, que si no se supera impedirá la ya negociada asociación de Chile con el bloque del cono sur de América.
Las negociaciones personales y diplomáticas entre ambas naciones no prosperaron. Brasil mantuvo restricciones a la importación de vestidos, afectando a Uruguay, y este país decidió bloquear el ingreso de nuevos socios al bloque.
Brasil redujo de 90 a 30 días el plazo de las "guías" (autorizaciones) para la importación de unos 500 productos de la industria de la vestimenta, entre los que figuran confecciones fabricadas por Uruguay para ese mercado.
El importador debe gestionar la carta de crédito, comunicarse con el exportador, éste procede a fabricar lo pedido y luego debe embarcarlo y tomar en cuenta el tiempo de viaje, y todo eso dentro de los 30 días fijados, que empiezan a contarse a partir del momento en que se expidió la guía de importación.
Las dificultades que impone ese exiguo plazo sólo pueden salvarse si el exportador dispone de "stock" de mercaderías. Pero esa condición no es factible en una industria en crisis, debido a su alto riesgo financiero, coincidieron gobernantes y fabricantes locales.
La industria textil uruguaya atraviesa una severa crisis y la restricción brasileña puede agudizar esa situación y aún provocar el cierre de empresas y aumentar el índice de desempleo, dijo a IPS Daniel Dymenstein, presidente de la Cámara de la Vestimenta.
Las proyectadas exportaciones a Brasil implicaban un "ingreso de aire fresco" a la industria uruguaya de confecciones, que contaba con el mercado del país vecino para aumentar sus ventas entre 15 y 20 por ciento respecto de 1995.
La Asociación de Industriales de la Vestimenta del Mercosur (Aivem) se constituyó el miércoles en sesión permanente, rechazó la medida brasileña y exigió su derogación.
Varias empresas del sector de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro integrantes del Mercosur, negocian fusiones que pueden resultar empantanadas por la cuestión de las guías de importación brasileñas.
Uruguay confiaba en que Brasil daría marcha atrás, porque la primera información recibida atribuyó las restricciones a una decisión de la saliente ministra de Industria Dorothea Warnek, quien la habría tomado poco antes de dimitir.
El presidente Fernando Henrique Cardoso decidió mantener la reducción del plazo de vigencias de las guías, aunque aseguró que se trata de una medida transitoria.
Pero los funcionarios brasileños "no han dado señales de que (la resolución) fuera a revertirse", puntualizó el embajador Agustín Espinosa, director de Intustrias de Uruguay había alertado respecto a esa concentración de las exportaciones, porque entendía que la pérdida de otros mercados puede ser clave en el caso de crisis interna en Brasil y Argentina o de medidas restrictivas de algunos de esos dos países.
Entre 1990 y 1995, Uruguay registró una pérdia de 13 por ciento en sus exportaciones a Europa y de 30,6 por ciento en las ventas a Estados Unidos.
En el mismo período las importaciones desde esos mercados aumentaron 81 y 106 por ciento, respectivamente. (FIN/rr/ff/if ip/96).