Tropas paramilitares montan guardia cada 100 metros en los caminos principales del disputado valle de Kashmir, en el norte de India, donde la última ronda para elegir dos parlamentarios nacionales, de seis legisladores estatales, se realizará el 30 de mayo.
Empuñan armas automáticas con el dedo en el gatillo y el seguro destrabado, pero no se aventuran a dejar las carreteras por temor a una emboscada o tropezar con un terreno minado por insurrectos.
En tiempos normales, Kashmir, junto a los montes del Himalaya, hubiera estado invadido de turistas, con cientos de lujosas casas flotantes en los lagos que rodean la capital estival, Srinagar, abarrotadas de visitantes.
Desafortunadamente, los tiempos que corren son anómalos.
Desde comienzos de mayo, más de 150.000 miembros de fuerzas de seguridad se han desplegado por el valle para "limpiarlo" de milicias separatistas, que luchan por una patria independiente, y reasegurar a la gente que es positivo votar en los comicios de la Lok Sabba (cámara baja).
Los efectivos de seguridad están apoyados por 175.000 soldados del ejército y tropas paramilitares que enfrentan a los insurgentes kashmiris en una guerra civil que dura seis años y costó, hasta ahora, 15.000 muertos.
Las fuerzas de seguridad ya han garantizado un respetable aflujo de electores para los escaños de Anantang y Baramulla, que fueron votados la semana pasada, y ahora están tratando de repetir la situación en Srinagar y Udhampur durante el fín de semana.
Las otras dos bancas parlamentarias de Kashmir -Jammu y Leh-, votadas el 7 de mayo con el resto del país, integran los seis escaños que quedarán ocupados a comienzos de junio.
La última vez que se realizaron elecciones parlamentarias en Kashmir fué en 1989. Su gobierno, elegido localmente, no obstante, resultó destituído en 1990 y el gobierno federal tomó el control luego que los separatistas iniciaron su guerra de independencia.
Entretanto, funcionarios federales del Ministerio del Interior consideran las elecciones parlamentarias en Kashmir "un ensayo previo" para llevar a cabo comicios para la asamblea estatal a mediados de julio, cuando expiren los seis meses de postergación del gobierno federal.
Sin embargo, los líderes separatistas de la Conferencia Hurriyat, una alianza de más de 30 grupos políticos, religiosos y sociales de Kashmir, se oponen a cualquier tipo de comicio estatal.
Pretenden unir el antiguo principado de Kashmir, gobernado por Hari Singh, el maharajá hindú, antes que los Pathans de la Frontera Noroccidental de Pakistán irrumpieran en el país en 1947, dos meses antes que los dos estados se independizaran.
Los Pathans ocuparon un tercio de Kashmir, que Pakistán todavía conserva, antes que el maharajá obtuviera ayuda de India y tropas de Nueva Delhi, enviadas especialmente, detuvieran el avance de los incursores.
Poco despues, la ONU medió un cese del fuego por el cual India prometió realizar un plebiscito para decidir el futuro de Kashmir, algo que nunca se realizó, y los dos vecinos libraron una segunda guerra por el territorio en 1965 sin llegar a ninguna resolución.
No obstante, en 1972, tras la tercera guerra indo-paquistaní que dió lugar a la separación de Pakistán Oriental y la formación de Bangladesh, los dos vecinos firmaron el Acuerdo de Shimla para discutir bilateralmente la cuestión de Kashmir, y dejaron de lado la opción del plebiscito.
Sin embargo, la rebelión armada cambió todo.
Entretanto, en el perenne ciclo de violencia kashmiri que, según las fuerzas de seguridad, ha sido llevado a niveles "aceptables" para hacer posible las elecciones parlamentarias, surgieron dos tipos de militantes.
Uno está formado por mujaidines o combatientes de la libertad, pertenecientes a una de las tantas "tanzeems" u organizaciones de activistas, que luchan contra las fuerzas de seguridad.
El otro es la Ikhwam o Hermandad, una manada de ex mujaidines tácitamente patrocinados y armados por el ejército indio y varias agencias de inteligencia como contraterroristas, que ahora están encubiertamente apoyados como candidatos a las elecciones.
A pesar de que el gobierno y altos funcionarios militares en Srinagar niegan que estén apoyando a cualquier candidato Ikhwam, son los únicos cuyos partidarios abiertamente llevan armas cuando se desplazan a través de sus distritos electorales, amenazando a la gente para que voten a su favor.
La Ikhwam-ul-Musilmoon o partido de la Hermandad Musulmana, encabezado por Kukka Parey, un ex cantante folklórico, es uno de los grupos que actúan bajo auspicio estatal y es responsable de "liberar" vastas áreas del valle de Kashmir, controlado por el Hizbul Mujaidin, pro-paquistaní.
"Quiero un Kashmir libre, no de India sino de las bombas y los militantes", dijo Parey en su ciudad natal de Hajan, 50 kilómetros al norte de Srinagar.
Un ex activista que otrora combatió contra las fuerzas de seguridad, pero ahora hizo un pacto con el ejército y las agencias de inteligencia, Parey se ha convertido en un jugador clave en el tablero político kashmiri.
Antes de las elecciones para la Lok Sabba, fundó el partido de la Liga Awami y emplazó cantidatos en los cuatro distritos de la cámara baja en el valle.
Al menos dos de los militantes, tanto "reformistas" o "renegados", triunfarán y ocuparán una banca en el parlamento.
No obstante, observadores políticos en Kashmir advirtieron que la estrategia de alentar a Parey podría ser contraproducente si sus huestes ingresan al parlamento y luego a la asamblea estatal.
"El vacío político de Kashmir no puede ser llenado con elementos informes", dijo un dirigente estatal. Afirmó que se trataba de una política cínica y corta de miras que, a la larga, conducirá al caos. Muy pocos en Srinagar se muestran en desacuerdo… (FIN/IPS/tra-en/rb/an/ego/ip).
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