La ministra de Relaciones Exteriores de Italia, Susana Agnelli, hizo hoy un balance positivo del semestre de presidencia italiana de la Union Europea (UE), a menos de dos meses de su término.
Al intervenir ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, que celebró su última sesión de la actual legislatura, sostuvo que los asuntos de política interna "no constituyeron el temido factor de disturbio".
Durante el semestre de presidencia europea se abrió la crisis de gobierno que concluyó con las elecciones parlamentarias del 21 de abril, que dieron vida al décimotercer período legislativo, que se inicia el jueves.
Los representantes Piero Fassino, del Partido Democrático de Izquierda (PDS), la principal fuerza de la coalición de centroizquierda que triunfó en las elecciones, y Enzo Trantino, de la derechista Alianza Nacional (AN), elogiaron el trabajo desarrollado por Agnelli en la cancillería.
Entre las razones del balance positivo, Agnelli indicó la "competencia de cuantos han actuado en los diversos niveles, la conciencia, que poco a poco se fue consolidando en los otros países y en Bruselas, del carácter irreversible de la convencida decisión europea" de Italia.
Manifestó que el Consejo Europeo efectuado a fines de marzo en Turín "marcó el camino que llevará a definir las futuras características del proceso de integración europea".
Calificó de "significativo" el hecho de haber logrado "un acuerdo general sobre una lista de prioridades sobre argumentos delicados y polémicos".
"Nuestra presidencia puede estar satisfecha del reconocimiento unánime a su paciente trabajo de mediación que ha permitido que la Conferencia se abriera sin fractura, sobre la base de un mandato realista y, en muchos aspectos, ambicioso".
Aclaró que no resta importancia los problemas que deberá afrontar la Conferencia, que prevé concluir el proceso de revisión del Tratado de Maastricht dentro del primer semestre de 1997.
Es igualmente satisfactorio, según Agnelli, el balance de la presidencia italiana en el plano de las "relaciones externas" de la UE. En este sentido destacó el carácter global del diálogo entre los países de las dos orillas del Mediterráneo.
Recordó la cumbre euro-asiatica de Bangkok, que "estuvo coronada por un gran éxito, y el "concreto impulso" que dio Italia para profundizar la estrategia europea para la ex Yugoslavia a través de la Conferencia Internacional de Roma del 18 y 19 de febrero.
Entre los otros resultados positivos mencionó la aprobación del mandato de negociación para la creación de una zona de libre intercambio con Sudáfrica.
Manifestó que "el trabajo no ha terminado y el último bimestre del período de presidencia italiana presenta empeños, sobre todo en el campo de las relaciones externas.
Citó en particular la Conferencia sobre los acuerdos de paz en Bosnia-Herzegovina que se efectuará en Florencia el 13 y 14 de junio y subrayó la necesidad de continuar los esfuerzos para superar la tensión entre Grecia y Turquia.
Manifestó que todos los países, a excepción de Gran Bretaña, se han declarado de acuerdo sobre la creación de un nuevo sistema monetario europeo.
Los países que cumplan con una serie de requisitos económicos, como baja inflación, déficit público y deuda pública, partirán con la nueva moneda europea, el euro, el 1 de enero de 1999.
La UE establecerá un sistema que regulará el intercambio con las monedas de los países que no estén en condiciones de formar parte de la tercera fase de la Union Económica y Monetaria. (FIN/IPS/jp/ag/ip/96)