Robert Dole, líder de la mayoría del Senado y candidato a la presidencia por el Partido Republicano de Estados Unidos, anunció hoy que renunciará el mes próximo a su banca para concentrarse en la campaña electoral.
"Ha llegado la hora de que abandone mi cargo", manifestó Dole luego de informar de su decisión al presidente Bill Clinton, su rival en las elecciones de noviembre.
El senador republicano destacó que su renuncia, que se hará efectiva antes del 11 de junio, no le dejará otro recurso que "el juicio del pueblo estadounidense", ni otro lugar adonde ir que la Casa Blanca o su propio hogar.
El anuncio de Dole, quien es senador desde 1968, sorprendió igualmente a sus partidarios y enemigos, aunque ciertos analistas ya preveían que debería delegar sus funciones en el Senado para dedicarse de lleno a la campaña presidencial.
Dole es el primer líder de la mayoría del Senado que se postula a la presidencia, y varios republicanos observaron que no ha podido equilibrar ambas tareas.
Las críticas se refieren principalmente al bloqueo de la iniciativa de los congresistas demócratas de elevar el salario mínimo en 90 centavos la hora, pese al gran apoyo popular a la medida.
La desfinanciada campaña de Dole, que debió invertir más de 40 millones de dólares para apartar a los contrincantes en las elecciones primarias, carece también de elementos para contrarrestar el astuto uso que Clinton hace de su cargo.
Recientes encuestas indican que el presidente lleva una ventaja de 20 puntos porcentuales sobre Dole, una brecha significativa – aunque no irreversible- en esta temprana etapa de la campaña.
"Tenemos una dura tarea por delante. Estamos progresando, pero aún estamos atrás en las encuestas", reconoció Dole, a la vez que destacó lo que considera parcialidad de la prensa en favor de los demócratas.
La renuncia permitirá a Dole concentrar sus energías en la campaña y lo liberará de toda asociación con un Congreso republicano crecientemente impopular, señalan analistas.
Clinton, aparentemente despreocupado por la maniobra de su oponente, agradeció a Dole por sus servicios en el Senado y confirmó que proyecta esperar hasta el otoño boreal para concentrarse en la campaña.
"No planeamos hacer ningún cambio", comunicó el portavoz de la Casa Blanca Mike McCurry, y agregó que en los próximos meses Clinton volverá a presionar para aumentar el salario mínimo y reformar el sistema de seguridad social.
Parte de la estrategia de Clinton consiste en colocarse por encima del debate político con su imagen presidencial y dejar a Dole en un papel meramente opositor.
Rompiendo con la tradición electoral, Clinton decidió pasar por alto el anuncio formal de su candidatura, y McCurry anunció que el mandatario sólo realizará unas pocas apariciones públicas explícitamente relacionadas con los comicios este verano.
Mientras, el vicepresidente Al Gore opinó que la partida de Dole podría ayudar a los demócratas a sacar adelante algunas iniciativas en el Congreso. "Quizá el Senado pueda superar el estancamiento político", señaló. (FIN/IPS/tra-en/fah/pz/ml/ip/96)