Un novedoso sistema de emisión de moneda para el uso de comunidades en Canadá propone una forma de intercambio de bienes y servicios en una economía propia a escala local.
La nueva moneda podrá ser utilizada por integrantes de la Asociación de Comunidades Sostenibles, quienes debatieron sobre le tema en la reunión anual de la organización.
En un comienzo, el sistema se pondrá en práctica en áreas muy pequeñas, como uno o dos barrios, y será posible "depositar" los nuevos fondos, aunque no se cobrarán intereses.
La idea fue creada por el innovador económico Michael Linton, quien introdujo el prototipo en la costa occidental de Canadá, en la localidad de Comox Valley, British Columbia, en 1993, durante un período de crisis económica.
Aunque el sistema, denominado Sistemas de Comercio e Intercambio Local (LETS, según su sigla en inglés), comenzó a funcionar en Canadá, se ha aplicado con muy buenos resultados en otros países de todo el mundo, sobre todo en comunidades que enfretan alto desempleo y economías locales deprimidas.
Su funcionamiento es simple. Los miembros hacen sus propios acuerdos sobre el valor de una amplia gama de bienes y servicios, como vegetales cultivados en las huertas, lecciones de piano y pintura de viviendas.
Cada transacción se incluye en un registro central, donde se añade a un balance de deudas y créditos. Los participantes saldan sus deudas o gastan sus ganancias mediante nuevas transacciones con otros miembros que necesitan lo que ellos tienen o tienen lo que ellos necesitan.
En algunas versiones del esquema, la moneda emitida localmente es intercambiada entre dos partes.
La ventaja más obvia de los esquemas LETS, en especial para las comunidades con alto desempleo, es que la falta de dinero o empleo formal no limita el comercio y la actividad económica.
Terry Cottam, organizador del proyecto, se refirió al potencial "casi infinito" que presenta, limitado sólo por "la energía de los participantes y la demanda de la comunidad".
Los impulsores del esquema LETS añaden que las monedas locales, con frecuencia llamadas "dólares verdes", crean economías más respetuosas del medio ambiente porque estimulan el comercio local, el cual no requiere transporte a largas distancias, y el comercio de bienes reciclados.
Además, el sistema fortalece el sentimiento comunitario. "Hay un cambio cultural en la puesta en práctica de un LETS, porque se intercambia con los vecinos, por lo cual se espera que haya confianza", señaló Cottam.
El dinero común es nacional y mundial, de modo que no hay forma de establecer esa clase de relación, y la expectativa es exactamente la opuesta, añadió el integrante de la Asociación de Comunidades Sostenibles.
La gente está cansada de la propaganda de que la globalización de la economía es inevitable y positiva, dijo Cottam, y añadió que existe la sensación de que "el gobierno y los empleadores tradicionales han engañado a las personas".
Krsitine Makkay, participante en un programa LETS, sostiene que la capacidad para el comercio "depende de tu confiabilidad. Si tu palabra no es buena, la gente no comerciará contigo".
En la actualidad, "se ha otorgado al dinero un valor en sí mismo. Gran parte de la economía consiste en correr tras el dinero, y se ha perdido la relación con lo que se intercambia", dijo Makkay.
Mediante la respuesta comunitaria del sistema LETS, "queremos volver a la idea de que el dinero es sólo un medio de intercambio de personas que tienen necesidades que satisfacer y servicios reales que ofrecer", explicó la activista.
No obstante, los impulsores del esquema no lo consideran un sustituto de políticas económicas sólidas a nivel nacional.
François Dumaine, subdirector de la Organización Nacional contra la Pobreza de Canadá, cree que el peligro de ideas como la de LETS es que la retórica de auto-sustentabilidad local puede ser utilizada por los gobiernos como forma de eliminar servicios sociales necesarios.
Cuando los gobiernos hablan de situar las decisiones en el nivel de base de las comunidades, sostuvo Dumaine, "hay una gran diferencia entre lo que dicen y lo que vemos que hacen. En general, finalmente cortan los servicios".
No obstante, el activista cree que al hacer que la gente se cuestione el funcionamiento económico, el sistema LETS puede llevar a ideas novedosas y más amplias sobre formas de reformar las economías para que satisfagan las necesidades humanas y comunitarias.
Cuando las monedas locales cambian de mano, se produce un cambio de una economía global incontrolable a una economía en manos de las comunidades locales, dijo el activista. (FIN/IPS/tra-en/sd/pz/lp/dv/96)