Los esfuerzos de Rusia por cambiar el tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (CEF) y la expansión de los miembros para incluir países europeos encabezan la agenda de la primera conferencia de revisión del pacto, iniciada hoy en esta capital.
Los delegados de los 30 países integrantes dividirán el trabajo en dos grupos y se reunirán a puertas cerradas hasta el 31 de mayo para evaluar los avances del pacto de 1990.
Entre ellos figuran el vicecanciller de Rusia, Georgij Mamedow, y la subsecretaria de Estado de Estados Unidos para el control de armas y asuntos de seguridad internacional, Lynn Davis.
El primer grupo de trabajo discutirá asuntos de transparencia, como mejor intercambio de información entre socios del acuerdo sobre planificación familiar, y el segundo debatirá nuevas limitaciones a las armas convencionales y el futuro del pacto.
El CFE fue discutido y aceptado hacia el fin de la guerra fría, a fines de la década de 1980. Originalmente firmado por 20 países, con la disolución de la ex Unión Soviética y Checoslovaquia, sus integrantes pasaron a ser 30.
La meta del CFE era reemplazar la confrontación militar en el continente, entonces dividido en las esferas de influencia soviética y de Europa y Estados Unidos, por un nuevo modelo de relaciones de seguridad para evitar el conflicto armado en la región.
El tratado fue firmado por los dos adversarios militares, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Pacto de Varsovia, y cubre todo el continente europeo.
Todas las partes acordaron limitar el número de tanques de batalla en el área del tratado, a 40.000 los estadounidenses M-60 y los soviéticos T-80 y las piezas de artillería a 40.000. El número de aviones de combate se limitó a 13.600, y el de helicópteros a 4.000.
Según Davis, más de 50.000 piezas han sido destruidas para seguir las pautas del tratado. No obstante, diplomáticos admiten que el cumplimiento del acuerdo no ha sido total.
La reunión de Viena discutirá la acusación de que Rusia tiene más equipos militares en las áreas de San Petesburgo y el norte del Cáucaso que los permitidos por el acuerdo.
Rusia, por su parte, pretende cambios, en su discurso la "modernización" del tratado, que aumenten la cantidad de equipos permitidos. Fuentes diplomáticas en Viena indicaron que Moscú y Washington han mantenido conversaciones al respecto.
El tema del desarme de los territorios rusos al este de los montes Urales será discutido por los delegados, y según fuentes, esto podría evitar que Rusia movilice sus fuerzas militares al este de la cadena montañosa, para circunvalar el CFE.
Algunos países también pretenden abrir las puertas del tratado a otros países europeos miembros de la Organización de Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE).
La OSCE, de 55 miembros, busca la estabilidad y la seguridad en el continente, y la cooperación en asuntos económicos, científicos, culturales, sociales y ambientales.
El documento final de la conferencia seguramente tendrá en cuenta todas las aspiraciones, y planteará una reducción más allá de los Urales, dijo un funcionario del CFE. (FIN/IPS/tra-en/sr/rj/lp/ip/96)