El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Boutros Boutros-Ghali, lamentó hoy haber perdido su larga batalla contra las minas de tierra, una de las más baratas y mortíferas armas del mundo.
"Debo consignar mi profunda decepción", dijo Boutros-Ghali acerca del resultado de la Conferencia de Revisión que tuvo lugar durante dos semanas en Ginebra. "Lo logrado es mucho menos de lo que yo había esperado".
La Conferencia de Revisión, convocada para actualizar un tratado ya existente sobre armas convencionales, se negó el viernes a respaldar la campaña mundial del secretario general para prohibir la producción, el uso y la exportación de minas de tierra, también llamadas antipersonales.
Boutros-Ghali ha sido un cruzado incansable contra las minas terrestres en virtud de la devastación que han causado, matando a millones de personas en los conflictos étnicos que han sacudido a Europa, Africa y Asia, especialmente.
Después del fuego directo, las minas terrestres son la segunda causa de las bajas sufridas por los efectivos de las misiones de paz de la ONU. "Una prohibición total sería más fácil de llevar a la practica, controlar y verificar", había arguamentado el secretario general.
La ONU -en cuya sede neoyorquina se ha montado una exhibición sobre las minas de tierra que estará abierta hasta el 31 de este mes- ha recogido ya más de un millón y medio de firmas en apoyo de la prohibición de estas armas.
Sin embargo, la Conferencia de Revisión acordó solamente recortar el uso de las minas de tierra en la próxima década. Además estableció que las minas deberán ser fabricadas de tal forma que sean fácilmente detectables o autodesactivadas.
También se hizo una distinción entre las "minas inteligentes" y las "minas mudas". Las primeras se destruirán a sí mismas automáticamente pasado un cierto tiempo, y las otras permanecerán armadas indefinidamente.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) calificó de "tristemente equivocado" el resultado de la Conferencia de Revisión.
En una declaración pública, el CICR lamentó que, por primera vez en el derecho humanitario, "se han aprobado medidas que, en lugar de prohibir totalmente el uso de un arma de acción indiscriminada, a la vez permiten explícitamente su uso continuado e implícitamente promueven el uso de nuevos modelos".
Son remotas las posibilidades de lograr una prohibición dentro de los cinco años venideros, ya que la próxima reunión de la Conferencia de Revisión está programada para el año 2001.
"El mundo no puede esperar por una eventual eliminación de las minas terrestres", dijo Boutros-Ghali. "Tienen que ser eliminadas ahora". (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/arl/ip/96)