La identificación en Uruguay del cadáver del asesinado químico y ex agente represivo chileno Eugenio Berríos generó en esta capital la demanda de que el gobierno y la justicia de Chile intervengan en la investigación del caso.
Tomás Enherfeld, abogado de la familia Berríos, anunció que pedirá la intervención del Consejo de Defensa del Estado y la designación por parte del Poder Judicial de un juez especial para investigar el asesinato.
La abogada Fabiola Letelier, hermana del asesinado ex canciller Orlando Letelier, señaló igualmente que la justicia chilena debe investigar la muerte del químico, que fue agente de la desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
Berríos salió misteriosamente de Chile en 1991, cuando se esperaba su testimonio en el juicio por el caso Letelier, y en junio de 1993 trascendió que un año antes había llegado a Uruguay, aunque jamás se logró dar con su paradero.
El 13 de abril de 1995 se encontró en la playa El Pinar, cercana a Montevideo, el cuerpo de un hombre asesinado de un balazo en la nuca, que fue identificado esta semana como el cadáver de Berríos. La comprobación se realizó de acuerdo con fichas dentales enviadas desde Chile.
Enherfeld conversó telefónicamente el viernes con la jueza uruguaya Aída Vera, a cargo de la causa en la ciudad de Pando, quien le ratificó las versiones de prensa sobre la identificación de los restos.
Berríos fabricó en 1975 para la DINA el mortal gas sarín, con el cual se eliminó, según denuncias, a testigos clave del caso Letelier y de otros crímenes contra los derechos humanos cometidos por ese organismo represivo de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Su misteriosa salida de Chile en 1991 y su secreto paso por Argentina, así como su ingreso clandestino a Uruguay en 1992, fue atribuído a una suerte de cofradía militar regional que protegería a ex agentes represivos del cono sur latinoamericano.
Los escasos datos sobre su presencia en Uruguay comprometieron a altos mandos militares y dejaron sentada la duda de si el científico y ex agente pasó de la condición de protegido a la de secuestrado.
Prevalece entre organismos de defensa de los derechos humanos la hipótesis de que Berríos fue asesinado para impedir que informara sobre crímenes de la DINA y acerca de la coordinación represiva dictatorial en el cono sur en los años 70.
Los jefes máximos de la DINA, el general Manuel Contreras y el brigadier Pedro Espinoza, fueron condenado respectivamente a siete y seis años de presidio en 1995 por el asesinato de Letelier, cometido en Washington en 1976.
Enherfeld dijo que corresponde la intervención del Consejo de Defensa del Estado, porque el secuestro y asesinato de Berríos afecta las relaciones entre Chile y Uruguay, así como el caso Letelier comprometió los vínculos con Estados Unidos.
Fabiola Letelier recordó que Berríos abandonó Chile cuando existía una orden de captura en su contra emitida por el juez Adolfo Bañados, quien instruyó el proceso por el asesinato de su hermano.
"Obviamente, se trata de un caso que debe ser investigado también aquí", senaló la abogada, quien anunció que estudiará todas las acciones necesarias para hacer intervenir a la justicia chilena en el esclarecimiento de los hechos.
"Existen probadas presunciones de que el ex agente fue sacado, o salió, acompañado de dos militares chilenos, lo que constituye un hecho de tremenda gravedad", agregó Fabiola Letelier. (FIN/IPS/ggr/ff/dh ip/96)
