Con la euforia de haber superado en un millón de toneladas de azúcar a la cosecha anterior, la zafra tal vez más decisiva desde el triunfo de la Revolución en Cuba se juega en mayo su última carta.
El gobierno cubano anunció este martes que la producción azucarera alcanzó hasta la fecha 4,3 millones de toneladas, superando los 3,3 millones del año pasado, la más baja en medio siglo.
Así, el país caribeño parece detener la abrupta caída de su principal producto de exportación, que según fuentes oficiales perdió en las últimas tres cosechas más de 2.000 millones de dólares, debido a la crisis económica que dura ya cinco años.
Según el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, los 4,3 millones de toneladas se lograron con menos cantidad de caña por la mejoría en el rendimiento de la gramínea.
"Esta zafra es la primera de los últimos cinco años que vislumbra la recuperación cañera y permite saldar compromisos importantes", dijo el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage.
El semanario Trabajadores, órgano de la única central sindical de la isla, comentó que el cumplimiento del programa de 1996 -unas 4,5 millones de toneladas, superior en un 36 al del año pasado- es vital para el pago de créditos recibidos por el sector azucarero cubano.
Fuentes oficiales aseguran que Cuba recibió un crédito a corto plazo de unos 300 millones de dólares con altos intereses para garantizar el éxito de una industria protagonista en la esperada reactivación de la economía.
"De esos 300 millones de dólares, habrá que pagar alrededor de 50 millones de intereses", señaló el presidente Fidel Castro durante la última sesión de la Asamblea del Poder Popular, el parlamento cubano.
Especialistas locales consideran que los estimados de producción para este año permitirán también cubrir los compromisos de exportación sobre todo con Rusia, su principal comprador.
Entre ambos países existe un convenio firmado a fines de 1995 para el suministro de 1,5 millones de toneladas de petróleo ruso a cambio de 500.000 toneladas de azúcar cubano.
Alberto Duménigo, representante comercial cubano en Rusia, rechazó recientemente la ruptura de ese acuerdo y reiteró la posición de su país de cumplirlo estrictamente.
Para Trabajadores, mayo es el mes decisivo para procesar toda la caña que resta y garantizar la próxima cosecha.
Analistas locales aseguran que la tensión aumenta en la isla ante la amenaza de fuertes lluvias. Aunque frecuentes en este mes, ya hicieron estragos durante febrero y marzo, cuando según cálculos oficiales paralizaron las operaciones entre tres y 20 días en los 156 centrales azucareros del país.
En una operación sin precedentes, las autoridades cubanas enviaron a las provincias más atrasadas a miles de hombres y cientos de equipos procedentes de los territorios que ya finalizaron la tarea.
Medios de prensa locales estimaron que en las provincias orientales de Camaguey, Las Tunas y Holguín quedan más de 600 millones de arrobas de caña, que representarían cerca de 700.000 toneladas de azúcar.
Según los expertos, la actual cosecha, que ya superó los 120 días previstos para su conclusión, no debe extenderse más allá de mayo, pues arriesgaría el éxito de la próxima zafra que desde ahora se prepara.
"Cuba ha recibido para la cosecha venidera un financiamiento de 116 millones de dólares en crédito", reveló el ministro del Azúcar, Nelson Torres.
Estimados oficiales indican que la próxima cosecha deberá crecer, como mínimo, en un millón de toneladas por encima de la actual y el ministro del sector dijo que se trabajará con la pretensión de acercarse hasta los seis millones de toneladas".
El cumplimiento de la producción azucarera este año podría aumentar la confianza de los que financiaron esta zafra en el futuro de este sector en Cuba, señalaron expertos.
Y, por otro lado, sitúa en una cómoda posición al gobierno cubano, que espera ver crecer a fines de año el producto interno bruto en cinco por ciento, el más alto en los cinco años de crisis económica. (FIN/IPS/rm/ag/if/96)