Rusia y Ucrania parecen decididas a recuperar el antiguo protagonismo soviético en el mercado cubano aunque con ello desafíen a Estados Unidos.
En menos de una semana, las autoridades cubanas han recibido con los brazos abiertos al canciller ruso Evgueni Primakov y al jefe de la administración presidencial de Ucrania, Dmitri Tabashnik.
En un hecho que, según expertos, rememora la época de la "inquebrantable amistad cubano-soviética", el presidente Fidel Castro y su hermano, el general de Ejército Raúl Castro, recibieron juntos en el Palacio de Gobierno al canciller ruso.
La firma en La Habana de una Declaración de Principios de las Relaciones Cuba-Rusia y del Programa de Colaboración Cultural Científica de 1996 a 1998 y la preparación de un nuevo tratado comercial entre Cuba y Ucrania, parecen desafiar a Washington.
Aprobada en marzo pasado, la ley estadounidense Helms-Burton intenta castigar a los países que comercien con Cuba y reducir la asistencia a las repúblicas de la ex Unión Soviética si éstas ayudan o comercian con La Habana.
La ley promete sancionar económicamente a Rusia si participa en la terminación de la central electronuclear de Juraguá, a 336 kilómetros de La Habana, y por el alquiler de un centro electrónico de vigilancia ruso en las cercanías de la capital cubana.
Sin embargo, el canciller ruso restó importancia a sas sanciones y se unió a la postura de la Unión Europea, Canadá, México y Japón de criticar la extraterritorialidad de la ley, que recrudece el bloqueo de más de 35 años a la isla.
"Las relaciones económicas entre Rusia y Cuba sólo le competen a ambas partes y se reglamentarán de acuerdo a sus intereses", declaró Primakov antes de su partida de la isla.
Rusia es la principal heredera del antiguo comercio entre Cuba y la Unión Soviética que en 1989, un año antes de la desaparición del bloque socialista europeo, alcanzó los 9.000 millones de dólares.
Estimados oficiales aseguran que el año pasado el intercambio entre La Habana y Moscú no sobrepasó los 400 millones de dólares.
En noviembre último Rusia "descongeló" sus relaciones con Cuba al firmar ocho acuerdos que incluyeron el intercambio de azúcar por petróleo, la continuidad de la planta nuclear de Juraguá y el mantenimiento de la base de radioescuchas.
Las autoridades rusas y ucranianas han reconocido que no es ajena a sus intereses la estratégica posición de Cuba como la mayor isla en el Caribe y las reformas que aplica el gobierno de Fidel Castro para salir de su actual crisis económica.
"Con el estímulo a las inversiones extranjeras y la creación de empresas mixtas, Cuba se convierte en uno de los centros de comercio mundial", opinó el jefe de la administración presidencial de Ucrania, Dmitri Tabashnik.
Tabashnik destacó una encuesta divulgada por el diario estadounidense Miami Herald que ubicó a Cuba en el lugar 29 entre los países con más posibilidades para la inversión.
Hmbres de negocios ucranianos desean establecer relaciones con sus socios cubanos en la exportación de maquinarias y la fundación de empresas mixtas, entre otras formas de comercio, indicó.
Antes de 1990 Ucrania aportaba casi 30 por ciento de las exportaciones de la Unión Soviética a Cuba, cortadas completamente durante más de cuatro años tras la desaparición de la URSS.
Luego el pragmatismo se impuso y Ucrania se lanzó a reconquistar el mercado de Cuba, país con el que ya firmó una decena de convenios en la construcción de maquinarias, la banca, la salud, el turismo y la agricultura.
"Tanto Cuba como nosotros estamos insatisfechos con los niveles alcanzados y preparamos un nuevo tratado de comercio y colaboración económica", reveló Tabashnik.
Anunció que varias firmas de su país, como la Unión Ukrinmash, Minshaprom y la casa comercial Ucrania-América Latina, se aprestan a abrir representaciones en La Habana.
Tabashnik manifestó su interés de que Cuba sirva de puente para la exportación de maquinaria agrícola ucraniana hacia América Latina, fomentar una base turística conjunta en su país y producir en él algunos medicamentos cubanos como la vacuna contra la hepatitis B.
En un mensaje a las autoridades cubanas, el presidente ucraniano Leonid Kuchma expresa la esperanza de que las relaciones bilaterales se desarrollen más activamente.
La misiva también agradece la atención que desde 1990 La Habana brinda a más de 13.000 niños ucranianos víctimas de la catástrofe nuclear de Chernobil de 1986.
Ese gesto habría abierto el camino para que esos antiguos socios comerciales y políticos vuelvan actualmente a estrecharse la mano aunque desde Washington los miren con malos ojos, señalaron expertos. (FIN/IPS/rm/dg/ip-if/96)