La matanza ilegal de ganado bovino se suma en Cuba a la sequía y la escasez de recursos para convertir en lujo la presencia de carne o de un vaso de leche fresca en la mesa familiar.
El Ministerio de Agricultura informó que por actos delictivos se pierden cada año unos 10.000 vacunos, un hecho que ha puesto en alerta a las autoridades.
"El hurto y sacrificio de reses viene creciendo desde hace años y no se ha enfrentado con la fuerza necesaria", reconoció el vicepresidente Carlos Lage.
Sólo en la provincia de Granma, a unos 700 kilómetros de La Habana, "se reportaron 951 sacrificios y hurtos de vacunos y 568 de equinos, cifras superiores a igual período de 1996", comunicó el Ministerio del Interior.
Una inspección realizada por las autoridades en esa misma provincia detectó la falta de casi 10.000 cabezas de ganado en las cooperativas de producción agropecuaria y en explotaciones privadas.
La ganadería, que producía unos 900 millones de litros de leche al año en tiempos de la cooperación con la ya desaparecida Unión Soviética, es uno de los sectores más golpeados por la crisis económica de Cuba, según los especialistas.
El Ministerio de Agricultura comunicó que en 1992 murieron 128.000 vacunos y que el rendimiento promedio de leche por animal cayó de 10 a dos litros.
Para Lage, la ganadería representa un problema "incierto" pues, "no existen todavía garantías ni recursos para que la producción de carne y leche tengan la recuperación que podemos ya ver en otros sectores agrícolas".
La televisión nacional informó que unas 90 reses mueren diariamente como consecuencia de la fuerte sequía que desde el pasado año azota la provincia más ganadera, Camagüey, a 560 kilómetros de la capital.
"Además de sed, las vacas tienen hambre", declaró a la televisión Orlando González, integrante de una cooperativa pecuaria de Camagüey.
Fuentes oficiales señalaron que 60 por ciento de las tierras destinadas a la ganadería en Camagüey están cubiertas de marabú, un arbusto muy difícil de eliminar.
De acuerdo con cálculos de los especialistas, Cuba contaba en 1995 con cinco millones de vacunos, casi la mitad del total existente a fines de los años 50.
El ministro de Agricultura, Alfredo Jordán, insistió en la necesidad de extremar las medidas para enfrentar el hurto y sacrificio ilegal de ganado.
Entre las causas de esos delitos se cuentan la escasa vigilancia y control de la masa ganadera, el bajo índice de esclarecimiento de los hechos y el incremento de la corrupción, destacaron autoridades del sector agrícola.
El ministro de la Industria Ligera, Jesús Pérez, indicó que, como consecuencia del saqueo de rebaños, Cuba debió importar desde enero a abril 137.000 metros cuadrados de pieles, frente a sólo 37.000 metros cuadrados comprados en igual periodo de 1995.
El Estado asegura a cada niño menor de siete años un litro diario de leche a precio subsidiado. La leche, sobre todo en polvo, también puede hallarse en las tiendas en divisas, donde una bolsa de mil gramos cuesta unos 5,75 dólares, y en el mercado negro.
Tras la abrupta caída de la producción ganadera desde comienzos de la crisis, parte de la carne vacuna que recibe la población en forma racionada está mezclada con soja texturizada.
La carne bovina también se puede adquirir en las tiendas estatales en dólares, a seis dólares el kilogramo.
La cartilla de abastecimiento asegura una cuota de 460 gramos de carne bovina por 40 centavos, mientras el mismo producto se ofreve a seis dólares el kilogramo en las tiendas estatales de pago en divisas.
El gobierno no permite la venta de carne vacuna ni de leche en los mercados agrícolas libres pues, según argumenta, a precio libre, esos productos sólo serían asequibles a una minoría. (FIN/IPS/rn/ff/dv/96)
