La reciente captura de varios narcotraficantes internacionales demuestra que las autoridades de Cuba están decididas a cortar cualquier conexión del país con el comercio mundial de drogas, afirman medios oficiales.
El Ministerio del Interior reveló este jueves la detención, el 12 de abril en el aeropuerto de La Habana, de un turista español que transportaba casi cuatro kilos de cocaína en un chaleco adherido al cuerpo.
En igual fecha y lugar, señaló el diario Granma, órgano del gobernante Partido Comunista, fue detenido un turista holandés que pretendía llevar hacia su país más de cinco kilos de la misma droga.
Igual suerte corrieron a lo largo de abril un irlandés "con antecedentes de narcotraficante en su país de residencia", dos italianos, cuatro jamaicanos, dos colombianos, una holandesa de orogen marroquí y un turista procedente de Bahamas.
Granma señaló que en esas acciones se desbarató una operación de tráfico de 176,5 kilogramos de clorhidrato de cocaína entre Colombia y Haití en la que estaban implicados cubanos residentes en la isla, el primer caso de ese tipo desde el escándalo que implicó a varios ex militares de alto rango en 1989.
Un informe publicado por el semanario Juventud Rebelde, órgano de la Unión de Jóvenes Comunistas, reveló que en 1994 un total de 449 personas fueron sancionadas por vínculos con la droga.
La publicación no especificó cuántos de ellos eran cubanos pero sí aseguró que de los nacionales implicados ninguno tenía menos de 20 años y que en su mayoría estaban desocupados.
"No hay afectación social ni en los jóvenes ni en las capas obreras", declaró al órgano juvenil el ministro de Justicia Carlos Amat, para quien el consumo de drogas fuertes no constituye un problema en la isla, salvo en sectores marginales como prostitutas y otros.
En la isla no existen grupos mafiosos o del crimen organizado, aseguró.
En 1993 especialistas del Departamento de Psiquiatría del Ministerio de Salud Pública revelaron la detección de venta aislada de drogas en zonas de La Habana.
"Nuestra juventud no puede ser más sana. Fiestea, bebe ron, cerveza, se divierte, pero no tiene su mentalidad puesta en la droga", afirmó Amat y señaló que en la isla no hay adictos que puedan ser detectados por el sistema de salud.
Pero el fenómeno preocupa a las autoridades, porque, según Granma, existen evidencias del incremento de las operaciones del narcotráfico en aguas cercanas a las costas de la isla a partir del segundo semestre de 1195.
El diario denunció el aumento de "los avistamientos de embarcaciones y aeronaves sospechosas".
De acuerdo con Amat, entre 1991 y 1995, se ocuparon 242 paquetes de cocaína y más de 250 de marihuana que llegaron a las costas cubanas.
"En Cuba no existen cultivos de marihuana", afirmó, pese a admitir la existencia de plantaciones clandestinas en zonas montañosas de la isla.
El Código Penal establece la confiscación y penas de entre cuatro y 20 años de prisión para quienes cultiven marihuana.
Para este año, declararon fuentes del Minsterio de Justicia, se preparará un proyecto de ley antidroga que recogerá la experiencia internacional.
Según fuentes gubernamentales, los últimos casos detectados fueron notificados a las autoridades de los países involucrados con los que Cuba colabiora en la represión al narcotráfico. (FIN/IPS/da/dg/ip/96)