COOPERACION: El mundo no acaba en Medio Oriente o ex Yugoslavia

Un alto funcionario de las Naciones Unidas criticó hoy a los líderes de los países industrializados porque sólo conceden ayuda al desarrollo en países donde tienen claros intereses políticos y militares.

El estadounidense James Gustave Speth, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), reclamó una visión más amplia de la ayuda internacional a los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Los líderes de la OCDE, que agrupa a las naciones ricas, deben entender que no sólo en Medio Oriente o en la ex Yugoslavia, sino en muchos otros lugares del mundo existen tragedias humanas, conflictos y problemas ambientales que necesitan ser evitados, dijo Speth.

El funcionario advirtió que un aumento considerable de la cooperación al desarrollo es un elemento indispensable para otorgar credibilidad a cualquier plan contra la pobreza en el mundo.

Al fenómeno de la pobreza, que crece a mayor ritmo que la población, dedicó Speth su exposición de este miércoles ante la prensa en Ginebra.

Suman 1.500 millones las personas que viven en la pobreza en los países atendidos por programas de la ONU. Las condiciones de vida de unas 3.000 millones de personas son deplorables.

La mitad de la población de Africa subsahariana se encontrará en la pobreza absoluta en el año 2000, adelantó el administrador del PNUD.

Pero la pobreza no es aplastante solamente en valores absolutos. En términos relativos, entre 1960 y 1990, la brecha entre el 20 por ciento de los más ricos del mundo y el 20 por ciento de los más pobres, se duplicó.

Así, el quinto de la población mundial más rico, que poseía 30 veces más riqueza que los pobres en 1960, ahora posee 60 veces más que ese quinto más pobre.

Aún teniendo en cuenta el crecimiento verificado en Asia, la participación de los países de la OCDE en el ingreso mundial continuó elevándose, de 68 a 72 por ciento.

Speth pronosticó que la pobreza creciente, el desempleo, la presión popular, el deterioro ambiental y el profundo abismo existente entre los poderosos y los desposeídos engendrarán desesperanza e inestabilidad.

Toda ofensiva contra la pobreza masiva debe incluir crecimiento económico real y medidas políticas para asegurarlo. "Pero es un mito que ese crecimiento se esté consiguiendo en forma generalizada", afirmó el funcionario.

El Banco Mundial informó recientemente que durante la última década, más de la mitad de los países atendidos por programas de la ONU tuvieron tasas de crecimiento negativo en el ingreso real por habitante.

El panorama es aún peor en los 48 países de menor desarrollo (PMD), ya que, con el 10 por ciento de la población mundial, sólo obtienen el 0,1 por ciento del ingreso global.

Durante 25 años, el ingreso promedio por habitante de los PMD ha declinado. En la actualidad asciende a alrededor de 350 dólares por año, menos de un dólar por día.

Speth calificó tambien de "un mito" a la idea de que las fuerzas del mercado, en una economía de creciente globalización, serán suficientes para reemplazar la necesidad de la cooperación al desarrollo.

Sabemos que las políticas favorables a las inversiones y las medidas de ajuste estructural no representan una solución para gran parte del mundo en desarrollo, dijo.

Las necesidades no guardan relación con la inversión directa externa, sostuvo. Casi toda la inversión extranjera se dirige a 20 países, mientras a Africa sólo llega un seis por ciento y a los PMD, apenas un dos por ciento. (FIN/IPS/pc/dm/dv-if/96)

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