COMERCIO: La Ronda Uruguay vuelve a generar polémica en UNCTAD IX

El acuerdo final de la Ronda Uruguay del GATT, que en 1994 generó una corriente de optimismo entre los países en desarrollo, son, dos años después, motivo de controversia en la IX Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD IX) en esta ciudad.

Los gobiernos de los países en desarrollo han coincidido en la conferencia, que concluirá este sábado, con organizaciones no gubernamentales que generalmente manifiestan posiciones contrarias a las suyas, e incluso han presentado demandas similares.

La preocupación radica en el efecto en los países más pobres de los acuerdos de la Ronda Uruguay del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), proceso que derivó en la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en enero de 1995.

Las organizaciones no gubernamentales presentes en la conferencia en Midrand han sostenido que los "perdedores" de la Ronda Uruguay deben ser compensados antes de que se introduzcan otras cuestiones en la agenda de la OMC.

Según Tradeaway, una publicación patrocinada por grupos no gubernamentales que circula en la reunión, "esta es la posición de muchos países en desarrollo, porque las pérdidas que sufrieron son reales".

Unas 150 organizaciones y redes de grupos de activistas que operan en el área del desarrollo concurrieron a UNCTAD IX, conferencia que reavivó el debate acerca de la OMC.

La tónica de Midrand está a años luz del optimismo que muchos gobiernos desplegaron en abril de 1994, cuando firmaron el acta final de la Ronda Uruguay del GATT en Marrakesh, que, se preveía, fortalecería la economía mundial y produciría mayor comercio, inversión, empleo y crecimiento económico en todo el mundo.

La pregunta que surge ahora es qué beneficios, si es que tuvo algunos, provocó el acuerdo en las naciones que integran la OMC, tres cuartas partes de los cuales son países en desarrollo o que están transitando de políticas de control estatal a la economía de mercado.

"A la luz de su naturaleza provisional y su limitado campo de acción, el éxito del GATT en la promoción y garantización de la liberalización de la mayor parte del comercio mundial en 47 años es incontrastable", sostiene un informe de la OMC.

"Los países en desarrollo se ven beneficiados con información sobre comercio y tarifas relativas a sus propios intereses de exportación y a su participación en cuerpos de la OMC", según este informe.

Pero los funcionarios de países en desarrollo tienen visiones totalmente distintas a éstas.

"A pesar del crecimiento del comercio mundial, existen aún millones de inconvenientes que obstruyen a los países en desarrollo y limitan sus objetivos económicos", dijo el ministro de Comercio de Argelia, Abdelkrim Harchaoui.

"Los países en desarrollo que intentan mejorar y reformar sus economías no pueden manejar sus programas de ningún modo real, pues falta un ambiente económico estable", agregó Harchaoui.

El ministro argelino admitió que el optimismo inicial en torno al acuerdo final de la Ronda Uruguay se evaporó.

Harchaoui y otros representantes de países en desarrollo afirmaron que los problemas que sufrían antes de la fundación de la OMC, referidos al acceso a los mercados de los países industrializados, inestabilidad de precios o fuerte competencia, se han agudizado desde entonces.

Además, la perspectiva de perder las preferencias existentes como las establecidas en la Convención de Lomé (acuerdo de asistencia y comercio entre la Unión Europea y 70 países de Africa, el Caribe y el Pacífico) preocupa a muchas naciones.

"Necesitamos una fórmula compensatoria para los países cuyas preferencias se verán erosionadas o suprimidas por la implementación de los acuerdos de la Ronda Uruguay del GATT", dijo el ministro de Planeamiento Económico, Información y Telecomunicaciones de Mauricio, Rajkeswur Purryag.

Las organizaciones no gubernamentales también se alarmaron por la pérdida de mecanismos de facilitación de exportaciones para los países en desarrollo más pobres. "La pérdida neta de exportaciones por la erosión de las preferencias se estima en 1,5 por ciento para Africa", según Tradeaway.

"Las promesas fueron rotas. Africa no recibió un incremento en la asistencia a su desarrollo agrícola. Las preferencias no se han profundizado. La tecnología no ha sido transferida. El desarrollo está en baja", agregó la publicación.

Las ONG también sostuvieron que, mientras se emitieron recetas de liberalización comercial para el Sur, los mercados del Norte aún deben ser inundados por el espíritu antiproteccionista de la Ronda Uruguay.

Richard Gerster, de la Coalición Suiza de Organizaciones de Desarrollo, dijo que los países del Norte aún aplican medidas de protección y subsidios, lo cual va en contra del libre comercio internacional.

"En Europa, el crecimiento del sector de la remolacha azucarera sólo es posible bajo un pesado manto de protección. Los costos de producción de caña de azúcar en los países en desarrollo son generalmente mucho más bajos", manifestó.

Para Gerster, "este tipo de proteccionismo no sólo contraduce la sabiduría económica, sino también el espíritu de la Ronda Uruguay".

"El mensaje de los poderes hegemónicos es que los países más pobres deben ajustarse e integrarse a la economía mundial. Las barreras del comercio en el Norte y los subsidios a la exportación todavía dominan el panorama en muchos sectores y restringen el desarrollo", agregó.

El activista manifestó que "el Norte debería aprontarse para tomar su propia medicina", y recomendó que "el Sur controle las políticas comerciales del Norte y sus repercusiones en el desarrollo". (FIN/IPS/tra-en/lm/jm/kb/mj/if dv/96)

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