Luego de tres semanas de infructuosas negociaciones, hoy comenzó a vislumbrarse en Chile una solución al conflicto que enfrenta a dos de los principales partidos oficialistas en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Los sindicalistas del Partido Demócrata Cristiano (PDC) se integraron este martes al comité ejecutivo de la CUT, deponiendo así su negativa a participar en esa instancia, controlada por una alianza de los partidos Socialista (PS) y Comunista (PC).
La elección del socialista Roberto Alarcón como presidente de la CUT con el apoyo de los comunistas, hizo que el PDC acusara al PS de romper en el movimiento sindical la Concertación por la Democracia, coalición gobernante en Chile desde 1990.
Los demócrata cristianos, que reclamaban la presidencia de la central para la profesora María Rozas, aceptaron finalmente ocupar cuatro cargos en el comité ejecutivo de 11 miembros, que recién este martes completó su instalación.
El ex presidente de la CUT Manuel Bustos tomó posesión de la segunda vicepresidencia, en tanto el dirigente campesino Eugenio León, también del PDC, asumió la secretaría general.
El presidente del PDC, Alejandro Foxley, aclaró que con la incorporación de su partido al comité ejecutivo de la CUT "no está superado el problema" con los socialistas.
Agregó, sin embargo, que confiaba en que se alcanzara pronto una solución. "Soy un optimista en esta materia", recalcó Foxley.
Estas declaraciones hicieron vislumbrar la posibilidad de que se llegue finalmente a un acuerdo entre el PDC y el PS, para lo cual la integración de los democristianos a la directiva de la CUT significaría el primer paso.
La semana anterior las directivas máximas del PS y el PDC llegaron a un principio de acuerdo, sobre la base de que Alarcón y Rozas se dividieran por partes iguales el período de cuatro años de presidencia de la CUT.
Esta fórmula fue rechazada por los sindicalistas del PS, los cuales reivindicaron la autonomía del movimiento sindical con respecto de los partidos.
No obstante, el consejo general del PDC reconoció las gestiones en pro de un acuerdo de la directiva máxima del socialismo y, bajo esa consideración, instruyó a sus sindicalistas para que ingresaran al comité ejecutivo de la CUT.
Rozas afirmó este martes que este paso no significa una reconciliación con el sindicalismo socialista. "No hay borrón y cuenta nueva, porque hay heridas muy profundas que no se cierran con un parche", dijo.
Agregó que "seguir discutiendo la división del período es tomarle el pelo a los trabajadores", aunque no descartó el apoyo a cambios en los estatutos de la CUT que podrían facilitar una salida al conflicto.
Entre los cambios estatutarios en estudio está el de introducir un sistema de voto directo para que sean los 500.000 afiliados a la CUT los que elijan a la directiva.
El actual método es indirecto, ya que el comité ejecutivo es designado por un consejo nacional de 45 miembros, elegido a su vez en el congreso de la central. (FIN/IPS/ggr/dg/ip-lb/96)
