La Armada de Chile declaró "completamente superada" la situación creada hace tres días por el falso anuncio de la muerte del ex comandante del arma y ex miembro del gobierno dictatorial, almirante José Toribio Merino.
Las declaraciones de este jueves del actual comandante, almirante Jorge Martínez Busch, no aclararon sin embargo cuál será la suerte del contralmirante Jorge Balaresque, quien originó el confuso episodio que alcanzó ribetes tragicómicos.
Balaresque, jefe de la Segunda Zona Naval de Talcahuano, 530 kilómetros al sur de Santiago, informó allí del fallecimiento de Merino el martes último al iniciar su discurso en la ceremonia conmemorativa del Combate Naval de Iquique de 1879.
El contralmirante pidió a todos los asistentes a la ceremonia, entre ellos el ministro Secretario General de Gobierno, José Joaquín Brunner, un minuto de silencio en homenaje al marino que comandó la Armada desde septiembre de 1973 hasta febrero de 1990.
La información, recogida por una emisora de Talcahuano y difundida de inmediato a todo el país y al exterior, causó conmoción, sobre todo en Valparaíso, donde el presidente Eduardo Frei y Martínez Busch encabezaban el acto central del Día de las Glorias Navales.
Merino, quien sufre de un cáncer linfático, se había internado una semana antes en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Naval de Las Salinas, en Valparaíso, y desde el lunes se hablaba de un agravamiento de su estado de salud.
Tras el primer momento de alarma y confusión, los oficiales del Departamento de Relaciones Públicas de la Armada en Valparaíso pudieron certificar la falsedad de las noticias sobre la muerte del almirante e hicieron enérgicos desmentidos.
El capitán Cristián Cifuentes difundió un comunicado oficial en que el arma advertía que se reservaba el inicio de acciones legales contra las emisoras que, hasta ese momento, se suponía responsables de la falsa información.
El miércoles, una vez establecido fehacientemente que el primero en anunciar la muerte de Merino fue el contralmirante Balaresque, la Armada pidió "sinceras disculpas" a los medios de comunicación.
La fuerza naval informó simultáneamente que realizaría un sumario interno, mientras Balaresque en Talcahuano se sumía en un absoluto hermetismo ante los requerimientos de la prensa para que aclarara las razones de su actuación.
El miércoles Martínez Busch dijo que Balaresque "está perfectamente bien" y "en sus funciones", atribuyendo su falso anuncio a una interpretación errónea que le habría sido transmitida por una tercera persona, no identificada.
Este jueves, el jefe naval sin embargo se negó a precisar la situación del contralmirante, quien según informes extraoficiales habría presentado su solicitud de pase a retiro, lo cual implicaría una sanción de sus mandos.
Merino, en tanto, según se informó en el Hospital Naval, pidió ser dado de alta en un aparente esfuerzo de poner punto final a las especulaciones sobre su probable fallecimiento que desató el anuncio en la ceremonia militar de Talcahuano.
La televisión reprodujo para todo el país el dolido anuncio del contralmirante Balaresque, ante un compungido público de civiles y militares, donde se advirtió a más de una dama enjugando sus lágrimas.
En las pantallas quedó también testimonio de las sentidas declaraciones que sobre la "muerte" de Merino hiciera en Talcahuano el ministro Brunner en nombre del gobierno, mientras algunos parlamentarios rendían sendos homenajes al ex jefe naval.
Aclaradas las cosas, el ministro de Defensa, Edmundo Pérez, calificó la situación producida como "un poco sórdida", justificando el "profundo malestar" que existe en la Armada ante este tragicómico episodio.
Merino fue uno de los promotores del cruento golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y accedió ese mismo día a la comandancia de la Armada, en la cual permaneció hasta febrero de 1990, en las postrimerías de la dictadura.
Como segundo hombre del régimen encabezado por el general Augusto Pinochet, Merino asumió la presidencia de la Junta Militar de Gobierno, que cumplió funciones legislativas.
En febrero de 1990, a pocas semanas de la investidura presidencial de Patricio Aylwin y del restablecimiento de la democracia, el jefe naval pidió su pase a retiro, entregando el mando al almirante Martínez Busch.
Merino, quien en los últimos 15 meses ha sido hospitalizado en cuatro ocasiones por dolencias derivadas del cáncer linfático, celebró en diciembre de 1995 sus 80 años, ocasión en que se anunció la próxima publicación de sus memorias.
Mientras presidió la Junta Militar, cobró fama por lo pintoresco y a veces agresivo de las declaraciones que emitía a la prensa los días martes, en las cuales popularizó el calificativo de "humanoides" para los marxistas.
Para muchos, el episodio del día 21 fue otro de los "martes de Merino", como se denominó durante la dictadura a las histriónicas actuaciones del almirante. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/96)