La Iglesia Católica formuló hoy un llamado a combatir la inequidad socioeconómica que persiste en Chile, pese al crecimiento económico del país y a la disminución de la extrema pobreza.
La Comisión Nacional Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal dio a conocer un estudio sobre la equidad social, fruto del trabajo de un año en que se consultó a diversos expertos y se recogieron informes entre la propia población.
El obispo Javier Prado resaltó que de acuerdo a este estudio el 10 por ciento de las familias más ricas tiene un ingreso promedio al mes equivalente a 3.500 dólares, mientras las familias más pobres perciben apenas 15 dólares mensuales.
En estas condiciones "¿se puede realmente considerar (a la chilena) una sociedad, una comunidad de hermanos, equitativa?", se preguntó Prado, obispo de la ciudad de Rancagua, 89 kilómetros al sur de Santiago.
Arturo Domínguez, presidente del Comité Ejecutivo de la comisión episcopal, señaló que en los últimos siete años en Chile, país de casi 14 millones de habitantes, 1.580.000 personas salieron de la condición de pobreza y 970.000 dejaron de ser indigentes.
Según cánones internacionales, se define como indigente a una familia cuyo ingreso no alcanza a cubrir el costo de una canasta básica de alimentos y como pobre a aquella que no está en condiciones de comprar dos canastas.
Esta última definición alude al hecho de que el ser humano, además de alimentarse, debe satisfacer otras necesidades básicas de transporte, vivienda, salud, educación y vestuario.
Domínguez destacó que pese a los progresos en la disminución de la pobreza, "en estos mismos siete años la brecha entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más pobre, no ha disminuído en nada".
"El quintil más rico (de la población) capta el 56 por ciento del ingreso total, en circunstancias de que en los países más desarrollados el quintil más rico sólo recibe del orden de 45 por ciento del ingreso total", indicó el presidente de la comisión.
El estudio de la Conferencia Episcopal se apoya en una serie de citas y preceptos bíblicos para enjuiciar duramente el estado de inequidad social que prevalece en Chile, considerado el país de mayor crecimiento económico en América Latina en la última década.
Estudios internacionales demuestran que los países con distribución más equitativa crecen más rápido que los países en que la distribución es más injusta, señala el informe al advertir que el tema tiene connotaciones tanto éticas como económicas.
Domínguez formuló un llamado a los empresarios a hacer una gran campaña de capacitación "como un modo de ayudar a los jóvenes y a los trabajadores que no han tenido oportunidades" de acceder a mejores condiciones de vida.
El estudio de la Iglesia Católica chilena es coincidente con informes de organismos internacionales, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que identifica a Chile y Brasil como los países con peor distribución del ingreso en la región. (FIN/IPS/ggr/ag/pr-if/96)