CARIBE: El mundo sindical a la sombra de la globalización

Los despidos y la reducción del número de trabajadores son parte de la vida cotidiana en el Caribe, a medida que las transnacionales barren el planeta a la búsqueda de minimizar los costos de producción.

Es un momento en que el movimiento sindical de la región podría estar en auge, convirtiendo desafíos en oportunidades, pero en lugar de ello se encuentra en bancarrota, señalaron analistas.

"Es una situación paradójica" dijo George Depeana, de la oficina en el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con sede en Trinidad y Tobago.

La integración al movimiento cayó de 30 a 15 por ciento desde la fundación de los sindicatos en la región, en la década de 1930.

Los analistas pintan un panorama desalentador para los trabajadores, mientras crece el nivel de inseguridad laboral y el proceso de globalización continúa produciendo cambios radicales en el lugar de trabajo.

El economista del Banco Central del Caribe Oriental Arthur Williams señaló que la "fábrica global", en la cual las distintas operaciones productivas se distribuyen en varios países para aprovechar las ventajas de precios diferenciales, forma parte de la realidad.

Las transnacionales, principales agentes de la globalización, pueden movilizar en minutos enormes capitales alrededor del mundo. El trabajo no puede seguir esta movilidad, y por lo tanto se encuentra en franca desventaja, dijo Williams.

Si a esto se añaden las políticas de ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que tienen por resultado el despido de cientos de trabajadores y la privatización de empresas estatales, el resultado es una aguda crisis.

La crisis se manifiesta en varios niveles, según Depeana. En el trabajo, aumenta el nivel de inseguridad laboral, y los trabajadores se inclinan menos a luchar por mejores salarios y condiciones.

Sensibles ante esta inseguridad, muchos empleadores han minimizado los salarios. Las normas de seguridad en el lugar de trabajo se cumplen con menor frecuencia y se ignoran convenciones de la OIT ratificadas por empresarios, trabajadores y gobiernos.

Un alto número de inversores instalan plantas en países del Sur a condición de que las actividades sindicales estén fuertemente controladas o sean inexistentes, apuntó Depeana.

Para enfrentar la situación, es necesario armonizar las actividades sindicales en la región, respaldar la participación de las mujeres y los programas de educación para trabajadores, sostuvo el funcionario de la OIT.

Además, es necesario poner el énfasis en la seguridad laboral y los seguros de salud. Algunos países de la región todavía operan bajo la Ley de Fábricas de Gran Bretaña, de la década de 1940.

Estas propuestas comparten la voluntad de convertir el desafío de la globalización y el ajuste estructural en una oportunidad para reconstruir la influencia y la efectividad del movimiento sindical, dijo Depeana.

Rex Nettleford, del Instituto de Educación Sindical de la Universidad de las Indias Occidentales, considera que las uniones sindicales deben "reformarse" para dar cumplimiento a estos desafíos. (FIN/IPS/tra-en/ps/cb/lp/lb/96)

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