Las reformas económicas efectuadas en Camerún han mejorado las frías relaciones de Yaoundé con Washington, a pesar de la mala foja de servicios de este país en materia de derechos humanos, que fue condenada en el último informe del Departamento de Estado de Estados Unidos.
"Desde el momento en que nuestros dos países establecieron relaciones diplomáticas -incluso antes de que se unieran las dos partes de Camerún- los vínculos han sido buenos, y el deseo de Estados Unidos es fortalecer esos lazos", dijo recientemente a la prensa el embajador estadounidense Charles Twining.
Las declaraciones fueron hechas después de la firma de un acuerdo para refinanciar la deuda bilateral, concluido este mes con el ministro de Economía y Finanzas, Justin Ndioro.
Este acuerdo fue negociado en respuesta al compromiso que Washington adquirió en noviembre pasado en una reunión del Club de París, para facilitar la amortización de la deuda oficial de Camerún en un plazo de hasta 25 años, incluyendo 16 años de gracia.
"Aplaudimos las severas medidas de reforma económica que ya han sido tomadas en Camerún, incluyendo la reforma aduanera, la privatización de las empresas estatales, el pago de la deuda atrasada y la reducción del tamaño de la administración", precisó Twining.
El crecimiento económico de Camerún fue de 3,3 por ciento en el año fiscal 1994/95.
Además Estados Unidos apoya el proyecto de construcción de un oleoducto que unirá el sur de Chad con Camerún, para llevar petróleo de aquel país hasta la ciudad camerunense de Douala.
Según Twining, Estados Unidos se convertirá en una de las mayores fuentes de inversión para Camerún, a través de un consorcio que actuará en el sector de la construcción, en el cual la parte estadounidense aportará 40 por ciento del capital, para proyectos por un total estimado en 4.000 millones de dólares.
El cambio de política de Washington se hace eco de la actitud de apoyo manifestada por otros países occidentales como Francia, Bélgica y Alemania, que se proponen ayudar a Camerún en el esfuerzo de reestructurar su economía.
También es consecuencia de la aprobación dada el año pasado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a la ejecución en Camerún del primer año del Cuarto Acuerdo de Préstamo de Contingencia (stand-by), de 1994.
Sin embargo, el apoyo de Estados Unidos se contradice con el estudio hecho por el propio Departamento de Estado sobre la situación de los derechos humanos en Camerún, el cual subraya que no ha mejorado la actuación del gobierno en esa materia.
En el Informe sobre Derechos Humanos de 1996 se hace notar que las reformas constitucionales realizadas en diciembre de 1995 fueron insuficientes para reforzar la independencia del Poder Judicial o moderar la preeminencia del Presidente sobre el Legislativo.
"Aunque nominalmente una república multipartidaria, Camerún continúa siendo dominada de hecho por el presidente Paul Biya y un círculo de asesores extraídos en su mayoría de su propia etnia (beti) y de su partido, el gobernante Movimiento Democrático Popular de Camerún", expresa el informe. (FIN/IPS/tra-en/tm/jm/oa/arl/ip/96)