Brasil trata de definir las fronteras del estupro, en una polémica provocada por una decisión de la suprema corte, que liberó a un acusado de tener relaciones sexuales con una niña de doce años.
El Supremo Tribunal Federal concedió el martes habeas corpus al obrero Marcio Luis de Carvalho, de 28 años de edad, condenado en primera instancia a nueve años de prisión, por haber tenido relaciones sexuales con M., quien tenía doce años de edad en aquel entonces.
Esto ocurrió en diciembre de 1991, en Carmo de Minas, una ciudad de tres mil habitantes en el interior del estado de Minas Gerais, región considerada muy católica y conservadora.
La condena se había basado en la legislación brasileña que califica como delito grave el sexo con menores de 14 años de edad, considerados "legalmente incapaces". En esa relación, en cualquier circunstancia, hay "violencia presumida", según la ley.
El acusado alegó en su defensa, no sólo que el acto fue "consentido", sin ninguna violencia, sino que la niña tuvo la iniciativa y lo "sedujo", con insinuaciones y caricias. Además "dijo que tenía 16 años", anadió.
M. confeso inicialmente que mantuvo relaciones sexuales con Carvalho por "deseo", pero luego cambió su testimonio, diciendo que hubo coerción y "no sabía lo que estaba haciendo".
El juez Marco Aurelio de Mello, favorable a la liberación del acusado, lo cual se aprobó por tres votos a dos en la suprema corte, argumentó que el mundo cambió y que con doce años ya se es adolescente, y no una niña.
La decisión provocó rechazo entre las organizaciones de defensa de derechos de la niñez, especialmente las que luchan contra la explotación sexual de niñas y dividió a abogados y juristas, así como a los jueces del Supremo Tribunal Federal.
Fue un caso de "estupro y sin atenuantes", opinó el jurista Celso Bastos, de Sao Paulo, considerando el Código Penal brasileño, según el cual una niña de doce años no puede responder por sus actos.
El abogado Fernando Xavier, que defendió a Carvalho, admite que se mantenga la "violencia presumida" en actos sexuales con menores de 14 años, pero "no de forma absoluta".
Hay que aplicar el principio con flexibilidad, según cada caso, sostuvo, tras señalar que el Código Penal brasileño tiene más de 40 años y debe ser actualizado.
La decisión de la suprema corte crea un precedente peligroso, segun la diputada Marta Suplicy, sicóloga que en la decada pasada se hizo conocida por impartir orientaciones sexuales en un programa de televisión.
Es "un absurdo" argumentar que la niña quería sexo, sentenció la diputada, considerando que con esa edad "no se tiene idea" de lo que significa ni de qué consecuencias tiene el acto sexual.
La decisión judicial dividió tambien las opiniones en Carmo de Minas, según testimonios recogidos por la prensa. La madre de M, Dorcelina Noronha, calificó de injusticia la liberación de Carvalho.
Con la absolución del obrero, se agravará el trauma de su hija, porque será considerada la culpable del caso, la víctima que se convierte en acusado, lamentó la madre.
Maria Auxiliadora Silveiras, ama de casa de 54 años, dijo temer que el hecho estimule a que otras "niñas de doce años sean violentadas en cualquier esquina", indicó el diario Folha de Sao Paulo, que envió un reportero a la ciudad. (FIN/IPS/mo/dm/pr/96)