BOLIVIA: Fin del monopolio estatal del petróleo

Bolivia recordará el 1 de mayo de 1996 como el día en que el Estado renunció a una tradición de 27 años de monopolio del petróleo y abrió sus puertas a los capitales privados extranjeros para explotar los ricos yacimientos del país, el más pobre de Sudamérica.

Esa participación privada ahora es posible con la nueva ley de hidrocarburos, aprobada y en vigencia desde este miércoles, que reduce las funciones de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), principal fuente de ingresos del país y considerada el mayor patrimonio del Estado.

Atrás quedaron las objeciones de la reducida oposición política y la tenaz resistencia de los trabajadores que, pese a una huelga de más de 30 días, no pudieron impedir la aprobación del proyecto gubernamental.

Las lágrimas de impotencia del máximo líder sindical boliviano, Oscar Salas, cuando desde su lecho de enfermo lamentaba la "privatización" del petróleo, y la marcha de luto realizada este 1 de mayo dibujan la sensación que dejó la nueva ley en los obreros.

"Los trabajadores han cumplido, enfrentando a un gobierno que cayó sobre el país como si fuera una plaga dispuesta a terminar con todo lo que Bolivia construyó en años", dijo Salas, afectado por cáncer de piel y que dirige la Central Obrera Boliviana desde 1992.

En cambio, el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada expresó su esperanza en que, con el paso del tiempo, la ley tendrá la confianza y el apoyo del pueblo.

"La ley (aprobada) no satisface a nadie", admitió Sánchez de Lozada, "pero es favorable para todos".

La nueva ley de hidrocarburos pone fin al papel productivo de YPFB e invita a cualquier consorcio privado, nacional o extranjero, a participar de las actividades de exploración, producción, comercialización, refinación, distribución y transporte de petróleo y gas.

Sus cláusulas establecen las bases para la "capitalización" (privatización parcial) de YPFB por inversionistas privados que, con el compromiso de aportes de capital, se convertirán en propietarios de 50 por ciento de las acciones y controlarán la administración de la empresa.

La propiedad de la otra mitad de las acciones corresponderá a los bolivianos mayores de edad, pero su administración estará cargo de fondos privados de pensiones. De allí surgirán las pensiones a pagarse a los ciudadanos a partir de los 65 años de edad, aunque la esperanza de vida en este país es de 61 años.

Los fondos que creará la capitalización de YPFB -junto a los que generará la capitalización privada de otras cinco empresas estatales- serán depositados en custodia en el banco fiduciario Cititrust de Bahamas, hasta que se constituyan las empresas administradoras de fondos de pensiones del tipo de las que ya operan en Chile.

En su nueva función, YPFB se limitará a administrar los contratos de asociación con empresas privadas y los gasoductos, oleoductos, refinerías y comercialización de hidrocarburos al por mayor, que continuarán bajo propiedad estatal.

El principal atractivo para los consorcios privados es el contrato de exportación a Brasil de ocho a treinta millones de metros cúbicos diarios de gas natural, que exige la construcción de un gasoducto de 3.061 kilómetros entre Santa Cruz (Bolivia) y Porto Alegre (Brasil).

Con la nueva ley, el Estado transfiere a compañías petroleras privadas la misión de convertir a Bolivia en el mayor centro de distribución de gas natural del cono sur de América.

Actualmente, Bolivia exporta gas natural a Argentina, pero en el futuro lo hará también a Brasil, Chile y Paraguay, y su estratégica ubicación en el corazón de Sudamérica le permitirá participar también de otros proyectos regionales de integración.

El gobierno de Sánchez de Lozada cree que más de 30 consorcios privados extranjeros presentarán ofertas para operar en la actividad petrolera y que los futuros socios de YPFB comprometerán inversiones por más de 1.000 millones de dólares.

YPFB produce actualmente cerca de 500 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, de los que sólo exporta 210 millones, y sus reservas llegan a 6,38 trillones de pies cúbicos, de las cuales 3,16 trillones son probadas, 1,55 probables y 1,67 posibles.

Así mismo, YPFB produce más de 33.000 barriles diarios de petróleo, tiene refinerías con una capacidad de procesamiento y almacenamiento de 60.000 barriles por día, y da empleo a 4.800 trabajadores. (FIN/IPS/jcr/ff/en/96).

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe