Los exportadores bolivianos de productos no tradicionales están en estado de alerta ante la "guerra de la soya" que provocaría la inauguración de dos puertos brasileños que conectarán los ríos Madeira y Amazonas y de un sistema de transporte de granos.
Sería un golpe mortal para los productores bolivianos si los brasileños exportan soya por esos nuevos sistemas de transporte a los mercados andinos, coinciden los exportadores de este país, que tienen en Perú, Colombia y Venezuela a sus mejores socios comerciales en el rubro.
La revista América Economía despertó el temor de los industriales bolivianos con un artículo que describe las rutas brasileñas que amenazan con destronar a la soya boliviana, la mimada reina de las exportaciones no tradicionales de este país andino.
Según la publicación, Brasil comenzará a utilizar el 7 de septiembre la terminal portuaria de Itacoatiara, a 120 kilómetros de Manaus, y otro puerto en Porto Velho, capital del estado de Rondonia.
El de Itacoatiara se convertirá, según las previsiones de América Economía, en el mayor puerto internacional de granos, que abrirá las puertas a la soya brasileña para que se venda a bajos precios en Europa, Asia y los mercados subregionales.
El corredor fluvial Madeira-Amazonas mejorará la competitividad de la soya brasileña frente a la de Bolivia y de otras naciones del cono sur.
La situación de los productores de soya bolivianos se vería seriamente amenazada con la posibilidad de perder los mercados de las naciones andinas, a las que vende el grano con arancel cero en virtud de mecanismos de reciprocidad comercial vigentes en el Grupo Andino.
"Bolivia está sin perspectivas ni condiciones de competir en los mercados internacionales", advirtió el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente, Erwin Reck, que representa a los empresarios bolivianos de la soya.
En los últimos dos años, Bolivia exportó soya por un valor de 244,8 millones de dólares, principalmente a Perú, Colombia y Venezuela, países adonde llega más de 90 por ciento del grano boliviano y sus derivados.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística revelan que en 1995 las exportaciones de soya representaron la cuarta parte de las ventas no tradicionales de este país y la décima parte de todas las exportaciones nacionales.
Brasil es considerado el tercer productor mundial de soya. En 1995, exportó 3,7 millones de toneladas de este grano, principalmente por puertos del sudeste.
Para los productores brasileños, uno de los mercados de la soya más atractivos de la región es Venezuela, que anualmente importa cerca de 1,5 millones de toneladas de alimentos derivados.
Los exportadores bolivanos de soya disparan su artillería sobre el gobierno de su país, al que acusan de despreocuparse de ese sector y de no cumplir sus promesas de desarrollar una infraestructura caminera alternativa a la ferroviaria, por la que Bolivia saca su producción.
Por su carácter de país sin salida al mar, Bolivia exporta su creciente producción de soya por vía férrea hasta los puertos que se conectan con la hidrovía Paraguay-Paraná, que desemboca en el océano Atlántico.
Las perspectivas nacionales para disputar los mercados andinos de la soya son inciertas, pero en el nuevo escenario de las futuras asociaciones entre Pacto Andino (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) las condiciones podrían ser favorables, dicen analistas.
No se descarta, incluso, que la soya boliviana siga siendo competitiva si utiliza, en el futuro, el corredor fluvial de Brasil para exportar este grano.
Por lo pronto, los exportadores bolivianos reclaman al gobierno mejores condiciones de infraestructura de carreteras, apoyo financiero, facilidades tributarias y una mejor atención para no dejar morir a uno de los sectores productivos más dinámicos de este país. (FIN/IPS/jcr/dg/if/96)