(Artes y Espectáculos) LIBROS: Angustias de los japoneses de Estados Unidos

David Mura, poeta estadounidense de origen japonés, se ha propuesto desafiar cada uno de los diversos y más comunes estereotipos creados para definir a los asiáticos de este país: buenos estudiantes, inteligentes, reprimidos, asexuados.

En su nuevo libro, un ensayo titulado "Donde el cuerpo encuentra su memoria" (publicado por Anchor, 22,95 dls), Mura ofrece un retrato sincero, y con frecuencia doloroso, de los conflictos que personalmente debió sufrir al crecer como miembro de una "minoría modelo" de Estados Unidos.

Se trata de una historia de desarraigamiento y, a la vez, asimilación.

Mura debió deshacerse de sus ataduras con el pasado japonés y con la internación de sus abuelos en los campos de California durante la segunda guerra mundial, y caer presa, al mismo tiempo, del tumulto político y sexual de los campus universitarios de Estados Unidos en los años 60 y 70.

Por momentos, de hecho, el relato de Mura parece más bien una muestra de la narrativa convencional sobre la travesía de la generación "baby boom" por los turbulentos años sesenta.

Romances, drogas, lecturas de Frantz Fanon y de críticos literarios marxistas. En algunos aspectos, la narración no deja de ser tan común como "Forrest Gump", la película de 1985 que observa los años sesenta con un enfoque crítico de la contracultura.

Lo que distingue al testimonio de Mura, sin embargo, es su voz, intensamente personal, que denota los conflictos internos sufridos por el hecho de ser tan japonés como estadounidense.

El autor se propone, en definitiva, exponer el dolor que subyace en una conciencia dividida, incluso en lo que tenga de más penoso o menos halagador.

"El abismo contra el que escribo no es simplemente el silencio de mis padres sino el silencio político, histórico y cultural inducido por los campos de internación, una herida y una amnesia generacional enterrada en tantos cuerpos y tantas mentes de estadounidenses japoneses", escribe Mura.

"Estados Unidos no quería escuchar sus cuentos y les dijo de muchas maneras que eso era poco importante y vergonzoso, algo que había que olvidar", sostiene el autor.

En consecuencia, Mura no escribe solamente de sus recuerdos personales sino también de los de su familia. Describe con poder imaginativo la vida humillante en los campos de internación, donde el gobierno de Estados Unidos confinó durante la guerra mundial a todas las personas no confiables de origen japonés.

Mura habla primordialmente, no obstante, de sí mismo, y lo hace con una honestidad que a veces bordea el autoaborrecimiento.

El escritor explica, a menudo con incómodo detallismo, su adicción a la pornografía y la vinculación de ésta con su deseo del cuerpo de la mujer blanca, y censura severamente el daño que su comportamiento ha producido a lo largo de los años, especialmente a su mujer, Susie.

Los pasajes relativos a la sexualidad -y específicamente, los que se refieren a la presunción general de que los hombres asiáticos son "eunucos"- forman el núcleo del libro de Mura y están permeados de tanta autocrítica que su lectura se hace difícil.

"Donde el cuerpo encuentra su memoria" está dominado por el relato del autor sobre sí mismo. Esto desvía el libro del intento que por momentos aparece, de arrojar una mirada sobre la identidad estadounidense-japonesa a través de los años.

A pesar de todo, pocos lectores dejarán de impresionarse por la crítica escabrosa y la gracia poética y sagaz de Mura, quien escribe que "decir es una forma de aliviar", aunque parezca una forma dolorosa. (FIN/IPS/tra-en/fah/hvdb/arl/cr/96)

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