(Artes y Espectáculos) FOTOGRAFIA: Genio y sensibilidad en muestra de Eve Arnold

La ilustre Galería Barbican de Londres ofrece actualmente una muestra del trabajo de Eve Arnold, una de las fotógrafas más aclamadas del mundo.

Con más de 200 fotografías, la muestra presenta los aspectos más destacados del genio y la sensibilidad de la primera mujer incorporada a la prestigiosa agencia Magnum, quien durante su larga carrera fotografió a destacadas figuras mundiales.

La primera foto de la muestra es un autorretrato de 1950. "Ahora me doy cuenta de lo afortunada que fui por trabajar en Estados Unidos durante el auge de la fotografía de revistas (cuando Life estaba en su apogeo), y por haber venido a Inglaterra cuando The Sunday Times Colour era una tierra de aventuras", dijo Arnold en referencia a ese período.

Las fotografías de los años 50 se caracterizan por su encanto y serenidad, como si su autora estuviese descubriendo el mundo. Esta sección incluye quizá la obra más reconocida de Arnold: sus retratos del mito estadounidense Marilyn Monroe.

"Cuando nos conocimos éramos jóvenes. Ella era una pequeña estrella, y yo una fotógrafa novata. Ninguna de las dos sabía demasiado sobre su oficio, pero esto formó un vínculo entre nosotras", relató Arnold.

La temprana confianza de Monroe en la profesionalidad de Arnold fue compensada con creces con algunos de los retratos más impresionantes de la estrella. Las fotos, ordenadas cronológicamente de 1954 a 1960, muestran una mujer sensual e inteligente.

En particular, las fotografías de Monroe en blanco y negro tomadas en el escenario de su último filme, "Los inadaptados", son un deleite.

Pero el retrato final en colores, tomado poco antes de la muerte de la actriz, es especialmente revelador. En lugar de la joven osadamente seductora de las fotografías anteriores, aparece una mujer cansada de la vida y el mundo.

En directa oposición al trabajo realizado en Hollywood, aparece una serie dedicada a los trabajadores inmigrantes negros. Aunque estas fotos no se destacan por su excepcional calidad, logran generar un sentimiento de solidaridad hacia los seres capturados por la lente.

Rostros tristes y desesperados contrastan hermosamente con la mirada de satisfacción de las ricas familias blancas para las que trabajaban los negros inmigrantes. La serie encierra un cuestionamiento del sueño americano, presentado como un ideal alcanzable para algunos, pero no para el resto.

La única capacitación formal de Arnold fue un curso de seis semanas en la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales, en 1952. Una fotografía tomada como tarea de clase a la modelo negra Charlotte Strubling fue posteriormente publicada en la revista británica Picture Post, y ése fue el comienzo de una exitosa carrera.

"Aprendí haciéndolo. De a poco comencé a entender cómo aproximarme a un objeto", dice Arnold refiriéndose a sus inicios.

Su talento le rindió buenos dividendos en China. Arnold fue una de los primeros fótografos occidentales a los que el gobierno chino otorgó visa y permitió viajar con relativa libertad por todo el país. Eso fue "la tarea más excitante de toda mi vida profesional", expresó.

La artista logró captar el optimismo general del pueblo chino en 1979, cuando las relaciones comerciales con Estados Unidos mejoraban y los horrores de la Revolución Cultural habían quedado atrás. Las fotografías de ese entonces fueron posteriormente compiladas y publicadas en un libro titulado "En China".

La retrospectiva también incluye una serie dedicada a primeros ministros británicos, y Arnold recuerda perfectamente el momento en que fotografió a cada uno de ellos. "Edward Heath se mostró sumamente inseguro, Lord Hume llevó mi cartera y John Major me dio un abrazo", relató.

De todos los retratos que Arnold realizó en su larga carrera, se destaca uno de Malcolm X tomado a fines de los años 50, cuando el odio racial amenazaba con desintegrar a Estados Unidos. Sin embargo, el rostro no contiene furia alguna, y parece haber una amable comprensión entre el retratado y la fotógrafa, más allá de fronteras raciales.

Cuando estudiantes de fotografía preocupados por los avances tecnológicos le preguntan cuál es el futuro de este oficio y arte, Arnold les responde que deben encontrar una nueva forma de mirar el mundo. (FIN/IPS/tra-en/ba/ml/cr/96)

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