Una Segunda Reforma del Estado que apresura el gobierno de Argentina para cumplir con acuciantes compromisos financieros externos, levantó hoy quejas de las Fuerzas Armadas, que se consideran perjudicadas por sucesivas disminuciones presupuestarias hasta un nivel de indefensión.
El presidente Carlos Menem negó este viernes que las Fuerzas Armadas se encuentren en una situación complicada por la decisión oficial de reducir los gastos públicos en unos 3.500 millones de dólares.
El jefe de la Armada, almirante Enrique Molina Pico, alertó que las sucesivas reducciones de las partidas financieras obligarán a su fuerza a otorgar "licencias masivas" al personal.
Asimismo, anunció que por ese motivo, por primera vez en 10 años la armada de su país no participará este año en el llamado "Operativo Unitas", de ejercicios navales que comanda Estados Unidos y del que tomarán parte también Uruguay y Brasil.
Molina Pico aseguró que las partidas que le concede el Tesoro representan el 20 por ciento de las que tenía en 1983, y se cuenta con la mitad de gente, "entonces no es posible reducir drásticamente el presupuesto».
Esa preocupación llevó a Molina Pico y a sus colegas del Ejército, teniente general Martín Balza, y de la Fuerza Aérea, brigadier Juan Paulik, a tratar el tema este viernes en una imprevista reunión con el jefe del Gabinete, Jorge Rodríguez.
La iniciativa oficial prevé unificar el aparto logístico de las tres fuerzas y eliminar organismos ante "la sobredimensión existente en ese ámbito desde hace varios años", dijo Menem.
Según datos del Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas trabajan con el 25 por ciento del presupuesto para gastos operativos del que tenían en 1986 y tiene 48 por ciento menos de personal que hace 12 años, cuyo número actual asciende 73.000 efectivos.
Argentina es actualmente la sexta fuerza armada de América del Sur por el número de efectivos, detrás de Brasil, Colombia, Perú, Venezuela y Chile, de acuerdo con la misma fuente.
El gobierno lanzó la Segunda Reforma acuciado por un déficit mensual que no baja de 500 millones de dólares mensuales, tras los requerimientos del Fondo Monetario Internacional de reducir los gastos públicos.
La salida de la dictadura militar en 1983 y la caída de las hipótesis de conflicto, ante el proceso de integración con Brasil y la resolución de la mayoría de los conflictos limítrofes con Chile, acotaron el protagonismo de las Fuerzas Armadas en este país, según los analistas.
Las autoridades echaron mano a la reducción del presupuesto militar en el marco de una severa reforma estatal, cuya segunda etapa comenzará en junio próximo, que alcanzó sobre todo a decenas de miles de empleados públicos. (FIN/IPS/of/ag/ip/96)