Los apremios fiscales que padece el gobierno argentino y la necesidad de captar ahorro para la reactivación económica volvieron la mira oficial hacia los capitales que emigraron en períodos de crisis, estimados entre 40.000 y 100.000 millones de dólares.
El gobierno del presidente Carlos Menem estudia la forma de atraer capitales que contribuyan a expandir la oferta de crédito y a bajar las tasas de interés. Pero la urgencia de la estrategia de seducción está más relacionada con necesidades fiscales que de financiamiento económico.
La masa que se persigue colocar bajo la lupa constituye una cifra que difiere según las fuentes. El gobierno la ubica en 60.000 millones y algunos banqueros creen que es equivalente al total actual de depósitos bancarios, es decir unos 50.000 millones de dólares.
Asesores financieros de empresas, como Miguel Angel Broda, aseguran que del total de capitales "exportados" durante las sucesivas hiperinflaciones y devaluaciones de los años 80, por lo menos 15.000 millones de dólares regresaron desde 1991, al comenzar el Plan de Libre Convertibilidad del Peso.
Por tanto, podría ser inferior a 40.000 millones de dólares la cifra de bienes argentinos en el exterior, y estarían diversificados de modo tal que la mayoría no correspondería a capitales líquidos sino a propiedades.
Pero el economista Arnaldo Bocco, del centroizquierdista Frente País Solidario, dió a IPS una cifra muy superior a todas las arriba mencionadas.
Señaló que un informe de la banca Morgan de 1995 indica que sólo en Estados Unidos hay 60.000 millones de dólares llegados de Argentina en activos líquidos.
"Si a eso se le suman los capitales que fueron a Brasil, Uruguay y a distintos países europeos, más las propiedades y otros bienes, la cifra total supera los 100.000 millones de dólares", denunció Bocco.
La cifra que maneja el economista es equivalente al total de la deuda externa argentina, pública y privada.
Bocco denunció que sólo un grupo económico sacó del país 1.000 millones de dólares y no en épocas de hiperinflación sino el año pasado, cuando la crisis mexicana impactó en Argentina.
El gobierno cree que el retorno de estos capitales contribuiría sustancialmente a aumentar la tasa de ahorro, que ronda 18 por ciento del producto interno bruto, comentó a IPS Eduardo Escasany, presidente del Banco de Galicia en Argentina, el primer banco privado del país.
De esta manera, la economía que sufrió el año último los efectos de la crisis mexicana con un retroceso de 5,5 por ciento, podría aspirar a una más rápida reactivación.
Sin embargo, el tema reflotó esta semana a raíz de una iniciativa fiscal que estudia el oficialismo para que los dueños de esos capitales los declaren antes de junio y los incluyan para el cálculo del impuesto a los bienes personales que deben pagar quienes tengan un patrimonio superior a 100.000 dólares.
Este impuesto es el que más se evade en Argentina. Sobre un total estimado en un millón de potenciales contribuyentes sólo aportan 100.000, por lo que en lugar de 1.000 millones de dólares el gobierno solo recoge 150.000 por ese tributo conocido como "impuesto a la riqueza".
El déficit fiscal de 579 millones de dólares de abril preocupa al gobierno que tiene un compromiso con el Fondo Monetario Internacional para equilibrar sus cuentas a mediados de año. Por eso tiene su expectativa puesta en aumentar la recaudación proveniente de bienes personales.
Para tentar a quienes trasladaron sus capitales, el equipo económico estudia la posibilidad de ofrecer una suerte de blanqueo o sinceramiento de los capitales en el extranjero, tanto sean bienes muebles como inmuebles.
La idea consiste en "olvidar" la certeza oficial de que esos capitales fueron acumulados sin aportar al impuesto a los ganancias y otros tributos, y sólo reclamar el porcentaje de 0,5 por ciento sobre el patrimonio superior a 100.000.
Pero la mayoría de los economistas y analistas financieros no confían en este tipo de estrategias.
Algunos consideran que los capitales no volverán sólo porque se les perdonen sus evasiones al fisco, sino cuando encuentren campo fértil para hacer negocios redituables y seguros.
Otros creen simplemente que no es ético premiar al que acumula capitales evadiendo impuestos, y no al que vio como se licuaban sus ahorros en Argentina durante los períodos de crisis, y a pesar de todo siguió aportando. (FIN/IPS/mv/ag/if/96)