Las flotas pesqueras industriales de la UE se dirigen a Africa, tras agotar los cardúmenes de sus mares y con la intención de lograr varios acuerdos de pesca con países del continente, los cuales, según ONG, serán desiguales.
"La lógica de los acuerdos de pesca es cómo podemos encontrar trabajo para nuestras flotas desocupadas", dijo Magda Aelvoet, representante del partido Verde de Bélgica e integrante del Parlamento Europeo.
Lo único que se destaca en los acuerdos, según el parlamentario holandés Jan Willem Bertens, "es la salvaguarda de los intereses de pesca europeos".
La Unión Europea (UE) intenta desesperadamente preservar sus industrias de pesca en España, Portugal, Gran Bretaña y otros países, para mantener el empleo en ciertas regiones y mantener las ventajas frente a los desafíos comerciales de Oriente.
El bloque tiene actualmente una docena de pactos de pesca con países africanos, y planifica reanudar este año las negociaciones sobre la renovación de acuerdos con Angola, Gambia y Senegal.
Los acuerdos prevén la llegada de pesqueros europeos, en ciertos casos asistencia local, contratos comerciales, transferencia de tecnología y otras compensaciones.
Pero los países en desarrollo "están en una posición débil y se ven forzados a aceptar" los acuerdos como los plantea la UE, sostuvo Aelvoet.
La pesca es un tema que preocupa a la UE. España y Portugal, cuyos barcos recorren el mundo en busca de aguas internacionales aptas, demandaron que el bloque adopte una posición dura en las negociaciones sobre derechos de pesca, para lograr la apertura de nuevas áreas geográficamente cercanas a sus decrecientes industrias.
La competencia por pesqueros naturales se ha vuelto más intensa debido a la extracción desequilibrada del recurso.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), reveló que 70 por ciento de los recursos de pesca del mundo están completamente explotados, sobreexplotados, agotados o en recuperación.
Organizaciones no gubernamentales (ONG) sostienen que la ayuda al desarrollo de la UE a países pobres casi nunca compensa a las comunidades pesqueras y hace a las flotas europeas responsables en gran medida por la sobreexplotación de cardúmenes en aguas africanas.
Bertens y Aelvoet sostienen que los pactos de pesca de la UE contravienen el tratado de unión política de Maastricht, el cual supuestamente asegura que las iniciativas europeas no frustran los objetivos de desarrollo de la UE en los países pobres.
"En las actividades de pesca, significa que sería imposible que la UE firmara acuerdos que socavaron los intereses, por ejemplo, de las comunidades pesqueras de Senegal", dijo Aelvoet.
Pero no todos los países se entregan fácilmente. En 1991, Namibia se negó a un acuerdo con los europeos, mientras en 1995 Marruecos luchó durante largo tiempo para lograr el mejor acuerdo con la UE. (FIN/IPS/tra-en/tl/rj/lp/if-en/96)