El Banco Mundial recomendó la eliminación gradual de la gasolina con plomo en todo el mundo, en base a informes sobre el riesgo de envenenamiento que enfrentan 1.700 millones de residentes urbanos en países en desarrollo.
Grupos ambientalistas recibieron con beneplácito la exhortación pero cuestionaron el compromiso de la institución con la reducción de la contaminación ambiental, señalando que el Banco financia proyectos que promueven el uso de automóviles en lugar de otros medios de transporte menos contaminantes.
El Banco proyecta presentar la recomendación en la segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Urbanos (Habitat II), que se realizará este junio en Estambul.
La gasolina con plomo genera 90 por ciento de la contaminación ambiental urbana, y por lo tanto "los beneficios de su erradicación son inmediatos y mensurables, además de superar por lejos su costo", destacó Caio Koch-Weser, director ejecutivo de operaciones del Banco.
"La conversión hacia gasolina sin plomo podría realizarse en cinco años si los países se comprometen a aplicar un programa integral con ese fin", señaló Koch-Weser, y añadió que "el desafío consiste en modificar los incentivos de las refinerías de petróleo y los usuarios de gasolina".
La sustitución es técnicamente simple, y la mayoría de las refinerías modernas no requieren una gran inversión, aunque aquéllas con tecnologías obsoletas precisan una modernización o sustitución de sus instalaciones. No obstante, los beneficios económicos y sanitarios de la conversión superan con creces su costo, destacó el Banco.
Estados Unidos, que comenzó a eliminar el plomo como aditivo hace 25 años, ahorró 10 dólares por cada dólar que invirtió en la conversión como resultado de la reducción de los costos de salud, el aumento de la eficiencia del combustible y la extensión de la vida de los motores, destacó el Banco.
Los gobiernos pueden contribuir a la sustitución fijando un precio menor para la gasolina sin plomo y educando al público sobre los beneficios sanitarios y económicos de este tipo de combustible, sugirió la institución.
"Los niños serán los principales beneficiarios del cambio, ya que pueden quedar discapacitados por el resto de su vida debido a la exposición al plomo", subrayó Koch-Weser.
La intoxicación con plomo puede causar "dificultades de aprendizaje, pérdida del oído, reducción de la atención, anomalías de comportamiento y una disminución de varios puntos en el cociente intelectual", explicó el funcionario.
Se sospecha que, en los países en desarrollo, todos los niños menores de dos años y más de 80 por ciento de los niños de entre tres y cinco años residentes en centros urbanos tienen en la sangre un nivel de plomo superior al establecido como normal por la Organización Mundial de la Salud.
Al menos 18 millones de niños sufren daño cerebral permanente debido a la intoxicación con plomo en países en desarrollo, y las ciudades más afectadas son Argel, El Cairo, Ciudad del Cabo, Hong Kong, Jakarta, Jeddah, Karachi, Lagos, Lima, Ciudad de México y Nairobi.
Varios ambientalistas recibieron la recomendación del Banco con beneplácito y escepticismo a la vez. Stephen Kretzmann, de Greenpeace International, destacó que "indudablemente, la eliminación del plomo de la gasolina es una buena cosa", pero se preguntó por qué razón el Banco aborda el asunto recién ahora.
"Debió haberlo hecho mucho antes, porque ahora es demasiado tarde", señaló Kretzmann.
Además, el Banco contradice su iniciativa de reducir la contaminación ambiental urbana al financiar grandes proyectos de construcción de carreteras en China, México y otros países, observó Andrea Durbin, director de proyectos internacionales de la organización Amigos de la Tierra, con sede en Washington.
La recomendación del Banco se produce tres meses después del primer acuerdo internacional de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico para la reducción de los peligros ambientales provocados por el plomo. (FIN/IPS/tra-en/pz/yjc/ml/en/96)
