El presidente de Alemania, Roman Herzog, iniciará este jueves una visita a Venezuela marcada por negocios compartidos en petróleo, con la llamativa paradoja de que este país del Sur es inversionista neto en el norteño suelo alemán.
Venezuela es el mayor inversor latinoamericano en Alemania, con unos 1.300 millones de dólares, en tanto las inversiones alemanas en este país sudamericano apenas suman 380 millones.
La explicación está en que el grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), segunda compañía petrolera del mundo con operaciones anuales por 26.000 millones de dólares, se asoció desde 1983 en proyectos de la alemana Veba Oel.
A partir de una refinería en Gelsenkirchen, oeste de Alemania, PDVSA y Veba tejieron una red de negocios en Europa. La sólida alianza se exhibió cuando PDVSA y Veba compraron 38 por ciento de la refinería Schwedt, uno de los tantos proyectos de reanimación económica en la ex República Democrática Alemana.
Cuando hace cuatro meses PDVSA ofertó a trasnacionales 10 campos con crudos livianos y medianos a gran profundidad, Veba acudió al llamado y, en sociedad con Mobil (Estados Unidos) y Nippon Oil (Japón), consiguió una prometedora concesión.
PDVSA despacha a refinerías alemanas unos 220.000 barriles diarios de crudo (10 por ciento de la exportación venezolana), y procura que ese país le compre orimulsión, un combustible sustituto del carbón que desarrolló en la última década.
De las ventas venezolanas a Alemania, 93 por ciento son de petróleo, 317 de los 340 millones de dólares exportados entre enero y noviembre de 1995, y el resto fueron metanol, hulla, banano, hojas de aluminio y mineral de hierro.
Las diversificadas ventas alemanas a Venezuela en el mismo período sumaron 488 millones de dólares, destacando las de máquinas industriales (21 por ciento), productos químicos (17 por ciento), electrotécnicos (ocho por ciento), hierro y acero (cinco por ciento) y automóviles (tres por ciento).
En gran medida, se trata de importaciones de inversionistas alemanes asentados en Venezuela, entre las que destacan Hoechst, Bayer, Telenorma, Henkel, Siemens, D.S.D. Dillinger y Shering.
Ese sólido tejido de negocios, pero con desbalance comercial y de inversiones con respecto a Venezuela, dominará la visita y los diálogos de Herzog en Caracas, aún cuando su cargo de jefe del Estado es representativo y sin poder real de decisiones.
Herzog, quien culmina una visita a Nicaragua, fase previa de su viaje por América Latina, dijo que en Caracas se informará de primera mano sobre las reformas económicas en marcha, animando a empresarios alemanes para que inviertan en Venezuela.
El presidente de Venezuela, Rafael Caldera, un democristiano de 80 años, ordenó el 15 de abril medidas que regresan el país a la senda neoliberal, luego de dos años de rumbo económico errático que ha hecho muy severos los ajustes dispuestos para los 22 millones de habitantes, 80 por ciento pobres.
Formalmente, Herzog no verá a los ministros del área económica, pero se reunirá con Caldera, hablará en el parlamento, con autoridades locales y de algunas regiones que visitará, y con los empresarios de la cámara binacional de comercio e industria.
En sus visitas, el sesgo turístico o cultural de ver la catarata más alta del mundo y reunirse con descendientes de bávaros que fundaron un pueblito alemán cerca de Caracas en 1843, convivirá con el interés económico, y PDVSA llevará a Herzog a la planta donde se manufactura orimulsión.
De este combustible mezcla de bitúmenes (hidrocarburos extrapesados), agua y surfactantes, Venezuela manufactura anualmente unos cinco millones de toneladas, pero aspira producir y vender más de 20 millones dentro de una década.
La orimulsión se usa comercialmente en plantas térmicas de América del Norte, Gran Bretaña y Dinamarca, y se ha probado en otra decena de Europa, Asia y Estados Unidos.
Alemania y la sociedad Veba-PDVSA es percibida como puerta de entrada del nuevo combustible y, en general, de la expansión de la petrolera venezolana hacia los mercados del Europa oriental.
La visita de Herzog, quien permanecerá en Venezuela hasta el martes 14, también se inscribe en la ofensiva diplomática que Alemania efectúa este año en América Latina, suerte de "vuelta de mirada" a la región según su ministro de Relaciones Exteriores, Klaus Kinnkel.
Mientras Herzog viene a Nicaragua y Venezuela, el propio Kinkel se ha desplazado a México, Perú, Chile y Paraguay, en tanto el ministro de Agricultura, Jochen Borchert, visitó Argentina y Brasil.
El ministro de Cooperación Económica y Desarrollo, Carl-Dieter Spranger, viajó a Perú y Bolivia, y el jefe del gobierno, Helmut Kohl, visitará en septiembre México, Brasil y Argentina.
En Venezuela, Herzog también tratará de la conmemoración del bicentenario de la llegada, en 1799, del explorador y científico alemán Alejandro de Humboldt. (FIN/IPS/hm/ag/ip-if/96)