AGRICULTURA: Rotulado indebido daña mercado de alimentos orgánicos

Productores de alimentos orgánicos corren el riesgo de perder su credibilidad a causa del uso inapropiado de la clasificiación "orgánico", mientras Estados Unidos y Canadá pretenden reducir los requisitos para el rotulado.

Una pérdida de credibilidad, señalan analistas, podría dañar el naciente mercado mundial de alimentos orgánicos, promovidos por el potencial que tienen para los agricultores de los países en desarrollo.

La advertencia se produjo tras la reunión la semana pasada de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que fija las normas internacionales sobre producción y clasificación de alimentos, la Comisión del Codex Alimentarus, realizada para decidir cuándo los alimentos procesados pueden considerarse orgánicos.

La Unión Europea requiere que al menos 70 por ciento de contenido orgánico para que pueda usarse la clasificación "orgánico" pueda ser mencionada en la lista de ingredientes. Pero Canadá y Estados Unidos presionan por menores porcentajes.

Como resultado de la disputa, la comisión demoró la acción sobre certificación de productos orgánicos hasta su reunión de la primavera boreal de 1997, informó Ann Millar, vocera del ministerio de Agricultura de Canadá.

La preocupación es que la palabra "orgánico" se desvirtúe por ser utilizada de modo inapropiado, dijo Jon Grant, del Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo (IDRC), en una conferencia paralela a la de la comisión de la ONU.

Palabras como "puro", "liviano", y "de bajas calorías" ya no significan nada para los consumidores, y la palabra "orgánico" corre el mismo riesgo. Pero, alertó el activista,los consumidores deben confiar en que los productos orgánicos, aunque más caros, respetan y colaboran con el medio ambiente.

Debido a la preocupación pública por la seguridad alimentaria y el efecto de las sustancias químicas en el medio ambiente, se hacen necesarias normas estrictas para el uso de la clasificación de orgánico.

La falta de normas para el comercio internacional de alimentos orgánicos es considerada por analistas como un gran impedimento al crecimiento de un mercado con gran potencial para los productores del Tercer Mundo, en especial pequeños agricultores que no tienen acceso a fertilizantes y sustancias químicas.

Joseph Smillie, presidente de la Asociación de Comercio Orgánico de América del Norte, con sede en California, dijo a los participantes de la reunión del IDRC que la respuesta del consumidor a los productos orgánicos es "muy dinámica".

La cantidad de consumidores en América del Norte y Europa atraídos por los alimentos orgánicos por su preocupación sobre los efectos en la salud de los residuos químicos ha sido suficiente para que las principales cadenas de supermercados almacenen ahora esta clase de productos.

No obstante, Smillie cree que los alimentos orgánicos no deben ser comercializados en función de la seguridad alimentaria, sino en base al impacto mínimo que su producción tiene en el medio ambiente.

Aunque los productores puedan limitar el uso de productos químicos, no pueden controlar la contaminación provenientes de fuentes externas, como la contaminación del aire que llega al suelo por acción de las lluvias.

"'Orgánico' quiere decir armonía ecológica. Es un sistema agrícola. No es una clasificación de seguridad alimentaria, ni una clasificación nutritiva", sostuvo Smillie.

La mayoría de los programas de certificación orgánica, incluyendo el que el Codex está elaborando, no supervisan el nivel de sustancias químicas en los alimentos, sino las prácticas respetuosas del ambiente por medio de las cuales se producen los alimentos.

Estas prácticas incluyen la rotación de cultivos, el no uso de fertilizantes químicos y pesticidas.

En América Latina, Costa Rica es escenario de una experiencia de abandono de los métodos tradicionales de producción realizada por la Ecos del Agro A.A., una empresa de producción orgánica de banano.

Oscar Cruz Salazar, fundador de la empresa, dijo que ha sido posible dar los primeros pasos hacia "lo que esperamos sea una producción de banano 100 por ciento orgánica", debido al desarrollo de una clase de fruta resistente a dos de las pestes más comunes.

La investigación fue realizada en Honduras con apoyo del IDRC, después que Chiquita y United Brands, dos de los mayores productores del mundo, retiraran su apoyo financiero tras respaldar el proyecto durante 15 años.

Los alimentos producto de la bioingeniería plantean otro dilema. Muchos alegan que la alteración genética de los alimentos viola el concepto básico de la producción orgánica.

Pero Cruz parece preparado para aceptar alimentos de la ingeniería genética, si esto implica el menor uso de pesticidas y fertilizantes en la tierra.

Cruz recordó que algunas áreas en que su cultivaba banano en el sudeste de Costa Rica fueron tan contaminadas por productos químicos que en ellas ya no pueden crecer especies para el consumo. (FIN/IPS/tra-en/sd/pz/lp/en-dv-if/96)

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